miércoles, 7 de mayo de 2014

Maravillas de lo cotidiano

“El realismo como vanguardia sobre Berni y la mutualidad en los años 30” es una muestra que se encuentra en Boulevard Oroño al 973, en El espacio del Arte Fundación Osde. Comenzó el 26 de Marzo y estará disponible hasta el 18 de mayo. Todos los días desde las 12 horas hasta las 20, sábados y domingos a partir de las 17 hasta las 20.




Ya el viernes 2 de mayo alrededor de 3 mil  personas habían recorrido las diferentes galerías para apreciar las obras de los distintos exponentes del realismo y algunos del surrealismo.

La exposición tiene como curador a Guillermo Fantoni. Quien dispuso dividir a esta muestra en tres núcleos: “Adhesiones a la realidad”, “Devoción por el ensueño” y  “Los dominios encantados” y“Los dominios encantados”. En cada segmento se encuentran pintores como Berni, Mantica, Aquilino, Gambartes entre otros.

En los diferentes sectores se respira un estilo diferente. La primera muestra retratos de mujeres y hombres, campesinos y paisanas de caras apenadas y ropas sucias. La segunda y la más exquisita, es un realismo mágico. La tercera, ya es otro mundo, personajes retorcidos, imágenes sin sentidos, relojes que pelean y sirenas que seducen. Son algunos componentes de este núcleo que plantea las influencias de lo onírico y del surrealismo.

En todas las obra se expresa claramente los sentimientos y las personalidades de los autores. Sensaciones que son transmitidas a quien las ve y dejan una impresión tan característica del realismo: el amor por lo cotidiano. La belleza que se encuentran en las cosas tan simples y tan cercanas.

Lo plasma, casi a gritos, el pulso de Aquilino en “calle de suburbio”. Una obra sencilla pero impactante porque se fija en los pequeños detalles y porque cuenta las pequeñas historias. Unas casas precarias, calles pedregosas, mujeres imponentes de polleras largas que llevan a sus hijos.

También es imposible olvidar a Alberto Mantica. Su afán por mostrar lo que se ve todos los días pero un poco más vivaz de lo que lo hace Aquilino. Semejante pincel asienta lo más insulso de una manera tan fantástica y sublime. Un hombre que anda en bicicleta. Senderos de árboles frondosos y grandes extensiones de campo a los costados. Quizás es de mañana, pero también, quizás es mediodía.

Los retratos de Berni son otro componente de la realidad, su pincel trasciende las expresiones de sus protagonistas. Se ve en “La niña de la guitarra”, Una joven de mirada expresiva y preocupada, lleva ropas descoloridas y arrugadas. Su semblante triste es quien se lleva toda la atención. Lo mismo sucede con su obra “niño”, los ojos llenos de asombro y sus labios entreabiertos son los verdaderos protagonistas.

El tercer núcleo quizás desentone un poco con las anteriores. Ya que en este se observa a un Gambartes o Armesto mas inscriptos en la corrientes surrealista. Sin embargo esto no opaca la exposición, por el contrario, la enriquece.

Todas estas obras dignifican y embellecen, aunque en el fondo no pretendan hacerlo, la realidad que nos rodea. Ponen a la luz las pequeñas historias, los relatos insignificantes. Como la mujer de los mandados, los niños que juegan o el hombre de la carreta. Aquí aparecen todos como verdaderos protagonistas. Son las historias de los tipos comunes, la simpleza y la sencillez de lo que nos envuelve todos los días.




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