miércoles, 7 de mayo de 2014

ANÁLISIS DE “LA VENTANA INDISCRETA” EN FUNCIÓN A HOPPER

Cattaneo.

En la película “La Ventana Indiscreta”, dirigida por Alfred Hitchcock aparecen varios elementos equiparables al estilo de pintura de Edward Hopper. Esto lleva a pensar que este último pudo haber sido una fuerte fuente de inspiración para el cineasta.

El primer aspecto que salta a la vista tiene que ver con un componente fundamental de la película que es la ventana y las ventanas, a propósito del título. La insistencia de Hopper en ilustrar ventanas como uno de los factores más significativos y comunes de sus obras forma parte de dicha similitud.

En “La Ventana Indiscreta”, el protagonista (L. B. Jefferies) comienza observando a sus vecinos para luego pasar a espiarlos desde su casa. Seguir la rutina de cada uno de ellos era el pasatiempo que había encontrado el fotógrafo. Es así cómo surge la sospecha desencadenadora de la trama.

Por su parte, el pintor estadounidense también recurría frecuentemente a la figura de la ventana para realizar sus retratos y proyectar en ellos la sociedad contemporánea de su país: hombres y mujeres pensativos, mirando hacia fuera en muchos casos y vistos desde afuera, por los espectadores, en otros.

Al mismo tiempo, la soledad y el encierro en sí mismo son aspectos presentes en ambos casos. En la película de Hitchcock, el personaje central vive solo y se encuentra encerrado en su departamento, sentado en una silla de ruedas producto de una fractura en su pierna. No podía hacer mucho, es por eso que se entretenía espiando a través de unos largavistas.

Personas solas con la cabeza gacha, parejas calladas, mujeres desnudas o semidesnudas, oscuridades y luces y muchas ventanas se reiteran.

En sintonía, también en Hopper el aislamiento, la melancolía y la angustia son moneda corriente. En cada una de las obras pareciera que sus personajes principales están solos en un mundo desahitado. El pintor muestra presencias que son ausencias. Hay silencios eternos.

Otra analogía tiene que ver con el vasto uso de tonos sobrios y apagados que aportan mucho –tanto en la película como en las piezas artísticas– a la búsqueda de esa añoranza.

Por último, la utilización de líneas rectas, cuadrados, rectángulos y la búsqueda de la perfección en cada detalle -principalmente en las edificaciones y los objetos- son motivo de deleite en ambas realizaciones.

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