Como todos los fines de semana…

Los artesanos son las estrellas de San Lorenzo

Son costumbre, desde hace tiempo en la ciudad, las jornadas que se realizan algunos sábados y todos los domingos, destinadas a la exposición de arte en distintos formatos.  Propuesta para niños y ancianos, sanlorencinos y turistas; todos están invitados a disfrutar.

Domingo por la tarde, cerca de las 16. El sol comienza a intensificarse y sus rayos iluminan fervientemente la bandera argentina izada en el mástil del Campo de la Gloria. Algunas familias están allí desde el mediodía, ya sea comiendo, jugando o simplemente descansando. Los conocidos vendedores ambulantes de alimentos permanecen desde muy temprano preparando lo que será su principal jornada laboral.  

En frente de este escenario, encuentra el Parador Turístico de San Lorenzo. Tres colectivos estacionados en las plataformas indican la concurrencia de turistas en la zona. Las oficina de turismo que se encuentra ahí mismo está cerrada, factor que no perjudica el arribo de las personas ya que no es complejo desplazarse en la histórica ciudad.

Justo al lado, los padres de los niños más revoltosos no esperan y los llevan al “Parque Evita” para que disfruten de sus distintos juegos. Hamacas, toboganes, túneles y hasta atracciones didácticas hacen de la tarde un momento especial para divertirse y encontrarse con otros pares.

Las circunstancias están dadas para que en un rato, en el resto del terreno, los artesanos comiencen a desplegar sus tiendas con el entusiasmo de siempre. De a poco, las mesas con diferentes artesanías, los atriles con lienzos o con cuadros, empiezan a colmar el lugar de trabajo y arte.

Es a las 17 cuando se inician las exposiciones. Por un lado, se localizan las “chucherías”, llamadas así por sus propios creadores. Desde animales hechos en arcilla o figuras en porcelana fría hasta ropa tejida o de cuero y accesorios como collares, pulseras y aros, son los protagonistas de la feria que comienza a llenarse de gente por sus alrededores.

Pero aún hay más. En frente, los colores vivaces de la pintura llenan la visión de cualquier ser humano. Decenas de cuadros en fila prolijamente ubicados terminan de decorar el acogedor paisaje. Obras realistas y surrealistas, imitaciones de conocidos clásicos y también retratos hechos en el acto son los otros protagonistas del escenario artesano.

Luego de dos intensas horas de presentación ya es de noche, pero eso no es impedimento para que la gente acceda a los precios de los distintos objetos para poder comprarlos. La mayoría se inclina por consultar, irse y regresar para finalmente retirarse con las manos llenas. Más bien, y observando con detenimiento, son realmente pocos los que se van sin nada. 

Las artesanías que nutren la ciudad

Es un acierto importante si de materia turística se habla. Hace aproximadamente dos años se empezaron a implementar estas jornadas en la ciudad y definitivamente han logrado incrementar el turismo ampliamente, respecto de cuando no se hacían o no estaban oficializadas. El despliegue no sólo se ve en materia económica -ya que deja considerables ingresos- sino también en popularidad en cuanto al evento, logrando ser una de las exposiciones artesanales más conocidas de la región.