martes, 27 de mayo de 2014

Mariano Ferreyra: un símbolo de lucha

El jueves 15 de mayo a las 19:30 se proyectó en la Facultad de Humanidades y Bellas Artes de la UNR el film “¿Quién mato a Mariano Ferreyra?”. Protagonizada por Martín Caparros, dirigida por Alejandro Rath y Julián Morcillo, basada en el libro homónimo de Diego Rojas. Tuvo como invitado especial a Juan Morcillo uno de los productores y extras de dicha película.


Alrededor de las 19 el salón donde se llevaría a cabo la presentación se encontraba repleto. “Estamos retrasados”, explicó Pablo Díaz un joven de veintitantos militante del Partido Obrero: “Disculpen, pero el colectivo donde viaja Juan Morcillo viene con demora”. Mientras tanto se proyectaban algunos videos. Todos ellos con un mismo protagonista. Un personaje que aparecía en paredes, pasacalles, folletos y en fotos.
-¿Sabías que yo lo conocí a Mariano Ferreyra? –dijo una estudiante desde su asiento por lo bajo a alguien que se sentaba a su lado.
-¿Si?
-Sí, era un buen pibe… siempre estaba en todas las manifestaciones.
Ese buen pibe era un dirigente de la Federación Universitaria de Buenos Aires y militante del partido obrero desde que tenía 13 años. El día 20 de octubre del 2010 Mariano Ferreyra se encontraba en una manifestación de trabajadores tercerizados. Pero en el medio de la protesta el joven recibió un disparo en el pecho, que le quitaría la vida a los 23 años. Los acusados fueron un grupo afiliado a la Unión Ferroviaria.
En uno de los tantos videos que se proyectaba estaba Mariano tocando la guitarra. En él se lo podía ver sonriente, un poco avergonzado porque se confundía los acordes. Tocaba “Wish you were here”, “Desearía que estuvieras aquí”, una de las canciones más reconocidas de Pink Floyd. Y entonces una amarga ironía se compartió por parte de todos los espectadores.
A las 19.30 llegó finalmente Juan Morcillo el productor del documental. Un hombre moreno y fornido; aquel día llevaba lentes. Saludo algo tímido, casi como disculpándose y acto seguido comenzó a proyectarse la investigación periodística sobre Mariano Ferreyra.
El film es un despliegue de historias. Una de ellas comienza a primeras horas de la mañana del 20 de octubre del 2010, horario en el que inicia la manifestación donde el joven militante perdería su vida. A su vez se entrecruza con el itinerario cotidiano que realiza el periodista Andrés Oviedo (Martín Caparros) y como lleva a cabo la investigación del “caso Ferreyra" a partir de la noticia de su muerte. Aparecen testimonios de amigos y familiares de la víctima y así concluye con el juicio sobre el fallo ejemplar dictado por el Tribunal Oral y Criminal 21 de la Capital Federal.
-¡Mariano Ferreyra!
-¡Presente!
-¡Ahora!
-¡Y siempre!

Gritó el público conmovido, ansiosos por escuchar lo que tendría para decir el productor. Quien habló de los logros obtenidos a partir de la semejante movilización que provocó la muerte del joven. Algunos entretelones del rodaje de la película, como que el actor que verdaderamente buscaban para ejercer el papel de Andrés Oviedo era Ricardo Darín. Sin embargo este por temas de agendas se vio rechazándolo. Buscaron a diferentes actores reconocidos del país, “… Y finalmente dimos con Martín Caparros”, dijo casi disculpándose Juan Morcillo.
Poco a poco el salón quedó vacío. Sillas esparcidas desordenadamente, panfletos y volantes formaban, ahora, parte de la decoración del lugar. Aquel joven de tan solo 23 años que aparecía en todos ellos, era un personaje que llegó para quedarse. Para permanecer en la conciencia colectiva como símbolo de lucha y para reivindicar la unión social.

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