LEGAJOS DE DIEZ AÑOS
Cattaneo.
Desde
el 21 de marzo hasta el 24 de junio se realiza en el Museo de Arte
Contemporáneo de Rosario (Macro) la exposición “Legajos”, basada en un recorte
de la primera colección de arte contemporáneo de Rosario.
La
muestra se lleva adelante con motivo del aniversario de los diez años de la
inauguración del centro y se desarrolla en los pisos cuarto y quinto del
edificio.
En
primer lugar, en el cuarto piso se puede observar obras de los artistas
rosarinos Eladia Acevedo, Raúl D’Amelio, Daniel García, Graciela Sacco y
Fabiana Ímola.
La
producción realizada por Acevedo busca irrumpir en 1999 con una propuesta
distinta. La misma se trata de un conjunto de objetos realizados en resina poliéster
verde que deja al espectador con la inquietud de qué quiere decir. El misterio,
pero también la suavidad y la brillantez se hacen presentes en las cinco piezas
que, de mayor a menor, parecen deslizarse por la pared.
Luego,
se puede visualizar la fotografía “Hand” de D’Amelio. Ésta fue tomada en el año
2000 y se muestra la mano de una anciana sobre su pecho. La calidad de la
imagen permite detenerse en detalles: Las manchas en la piel y las arrugas
dejan en claro una historia de amor y lucha. Quizás de la lucha contra la
dictadura más sangrienta de nuestro país.
Muerte,
dolor y angustia. Esos son los sentimientos que transmite la pintura de García de
1995. La misma recibió el nombre de “Dearth Mask” y transporta al público al
medio de la Alemania Nazi. Allí un hombre blanco -con calaveras por toda la
cara y las puntas de la esvástica que le salen por las orejas y el mentón- lo
mira fijo.
Por
su parte, la heliografía de Sacco “Cuerpo a Cuerpo” de 1996 recoge fotografías
de registro de diarios antiguos. Sobre las maderas viejas de distintos tamaños
apoyadas sobre la pared se puede distinguir a un joven en medio del conflicto,
en posición de ataque, como si estuviese por arrojar algo. La trasgresión y la
violencia se expresa a través de los tonos marrones a los que recurre el autor.
La
última obra del salón es la que Ímola realizó en 1999. La autora logra, a
través de la inclusión de elementos vegetales como semillas secas en la madera
calada, una silueta marrón no muy definida que permite al espectador navegar
con su imaginación por el medio de la naturaleza.
Por
otra parte, el quinto piso se encuentra ocupado por distintas instalaciones de los
también rosarinos Noemí Escandell, Jorge Orta, Diana Kleiner y Nicola
Constantino.
La
producción de Escandell, “Manantial” (1995), está compuesta por cuatro
cilindros de madera forrados en terciopelo negro y con una superficie circular
de mármol, acrílico y metal en las partes superiores. Cada una de dichas piezas
contiene esferas de vidrio con algodón, pelos sintéticos, ceniza orgánica, y
semillas vegetales. Sin lugar a dudas cada uno de estos elementos, que forman
un todo, están influenciados por la dictadura y generan tensión e inquietud en
el espectador.
Por
su parte, Orta realizó -con una caja de madera dividida en cuadro ventanas con
vidrios que permiten ver su interior- una obra que intenta demostrar, como su
nombre lo indica “la línea de la vida”. Recurrió a dos fotos-diasec de cuerpos
–uno masculino y otro femenino- con un corazón pintado en cada uno. En las
otras dos ventanas había varios corazones de cerámica colorada, naranja, dorada
y negra. Esta obra forma parte de una campaña a favor del trasplante de órganos.
“En
el umbral de la espera”, la instalación de Kleiner fue creada en el año 2000 a
base de tres prismas de madera pintados de blanco. Sobre de cada uno de los
cuerpos hay libros de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en miniatura
cubiertos con resina. Algunos abiertos, otros cerrados. La autora se anima a
jugar con el deseo de leer los libros y la imposibilidad para hacerlo.
Completa
la muestra la obra de Constantino del año 2000 hecha sobre cajones de madera,
con aluminio y resina poliéster. En dos de las cajas se ilustran dos caballos
procedentes aparentemente de Entre Ríos. Uno de ellos acostado con un ternero
al lado y el otro sentado mirando para arriba. En una tercera caja se puede
observar una yegua de unos 22 kilos, según indica una placa de aluminio pegada
al lado. Los animales son centrales en las producciones de la autora.
La
exposición se puede visitar los cualquier día (salvo los miércoles) de 14 a 20
horas en Estanislao López 2250 (Bv. Oroño y el río Paraná) en los Silos Davis.
El costo de la entrada a partir de los 12 años es de siete pesos.
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