Cattaneo.
Ángela Pradelli presentó en el Museo de la Memoria de Rosario su
libro “En mi nombre” que habla sobre la restitución de identidades arrebatadas
por el terrorismo de estado.
El pasado lunes 9 de julio a las 19 se llevó adelante la
presentación del libro “En mi nombre”, de la escritora Ángela Pradelli, en el
Museo de la Memoria (Córdoba 2019). La actividad fue organizada en conjunto por
docentes y alumnos del Complejo Educativo Alberdi y el mencionado Museo.
El libro está subtitulado “Historias de identidades restituidas”,
habla sobre la búsqueda de niños apropiados durante la última dictadura
cívico-militar que se extendió de 1976 a 1983. Cuenta la vida de Manuel
Gonçalves Granada, Ángela Urondo Raboy, Macarena Gelman García Iruretagoyena,
Leonardo Fossati Ortega y Jorgelina Paula Molina Planas.
El acto se llevó a cabo en la planta baja y estuvo a cargo de
Rubén Chababo, director del Museo. Se realizó a micrófono abierto y hubo vasta
participación del público, que interpeló a la autora.
“Uno nunca sabe muy bien porqué escribe los libros que escribe.
Vengo leyendo estas historias hace muchísimo, incluso cuando salía en muy pocos
medios como Página/12. Ahora estas historias son más conocidas, circulan y hay
documentales por televisión”, dijo Pradelli sobre la idea de escribir sobre
esta temática, y continuó: “Cuando terminaba un documental o terminaba de leer
y me quedaba con más preguntas que respuestas de cosas que no había entendido”.
“Son historias tan tremendas, pero en algún punto también tan
felices porque las narré desde esa zona de felicidad y emoción que tienen cada
uno de ellos por saberse que son quienes son y quienes sus padres querían que
fuesen”, expresó.
Sobre sus entrevistas con los protagonistas aseguró que “a
Manuel (Gonçalves) lo iba escuchando y lo interrumpía muchísimas veces porque
no lo entendía y él me dijo ‘quedate tranquila porque nadie entiende, es muy difícil’.
Se mezclan los tiempos, se mezclan las personas. A veces pasa que uno no puede
dimensionar, no puede comprender tanto mal”.
“Lo escuché a Manu y pensé que ninguna historia iba a ser como ésta
y cuando hice cada una de las otras pensé lo mismo. Todos los relatos mientras
las estaba escuchando me parecían que eran los que más me habían impactado. Me
conmovieron muchísimo todos las historias, el modo en que las narran”, aseguró.
Además, la escritora contó que algunas historias no fueron
incorporadas al texto: “Me comuniqué con una persona que sabía una historia y
también sabía que es alguien a quien le cuesta muchísimo contarla. Tuvimos un
encuentro con ella, dio su testimonio, yo escribí una primera versión y cuando se
la mandé tardó en contestar. Me había parecido raro que aceptó participar. Un
día me llamó y me dijo ‘no sé qué me pasa con la narración, es demasiado fuerte
para soportarla. Yo podría ver lo que dije en un testimonio pero la historia
contada me pasa por encima, me aplasta’”.
También se refirió a Ángela Urondo: “Es hija de Paco Urondo y
Alicia Raboy, una joven periodista cuando desapareció. Ángela sabe la verdad
después de mucho tiempo y cuando va a algún lado es nombrada como la hija de
Paco, entonces ella siente que socialmente están haciendo desaparecer
nuevamente a su madre”.
“Se habla de ‘nietos recuperados’ como si todos hubiesen vivido
la misma historia. Sin embargo son todas las historias muy diferentes”,
cuestionó. Y agregó: “También hubo adopciones ilegales de buena fe. En el caso
de Leonardo Fossati Ortega sus padres no sabían cuál era el origen de ese
chico. Incluso cuando sus padres del corazón se enteran sufren de una depresión
tremenda. La madre logra salir y el padre no, se enferma”.
“Quizás fue el libro que más me enseñó a escribir porque lo hice
en contra de todo lo que sabía, en contra de toda la teoría narrativa y de lo
que dicen los decálogos que uno se lee y que tanto ayudan a la hora de escribir.
Pero me entregué a la escritura”, finalizó la autora.
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