miércoles, 4 de junio de 2014

Ciclo de distensión y entretenimiento en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Alvarez



“Encuentros para el alma”, así denomina Elbio Córdoba curador del espacio de cine alternativo o de culto que se dicta todos los martes en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez.


El evento tiene lugar desde hace ya tres años, donde durante un mes se respeta una cierta temática. “Este año lo hacemos por países, pero años anteriores lo hacíamos por directores y el que viene lo haremos por género”, comenta el Elbio con entusiasmo. En el mes de junio el ciclo presenta al “Cine Británico” con respecto a las instituciones escolares. El mes pasado se trató sobre el rol de la mujer bajo la perspectiva francesa.

El martes 3 de junio se proyectó el film ingles de 1951 “La versión de Browning”. Dirigida por Anthony Asquith y protagonizada por Michael Redgrave, Jean Kent y Nigel Patrick. Premiada como mejor guion y como mejor actor (Michael Redgrave) en el Festival de Cannes.

El largometraje tiene como personaje principal a un profesor, Andrew Crocker-Harris, temido y odiado por sus alumnos que por problemas de salud debe abandonar su trabajo. Este a pesar de su larga trayectoria y de sus años en la institución a nadie parece preocuparle su retirada. Sin embargo una frase resonara al final de film. Unas palabras escritas a mano en un manuscrito de “Agamenón” de la versión de Browning: “A mi querido maestro con gentileza. Taplow”

Taplow es uno de los alumnos más distraídos, desordenados pero extrovertido del exigente profesor. Es él quien por momentos hace reflexionar al personaje principal sobre sus tiránicas actitudes. Y quien le deja como enseñanza al institutor que a pesar de sus rígidas formas su trabajo no fue en vano. Pues al fin y al cabo Taplow no reprocha al maestro, por el contrario le agradece.

Mientras tanto en la sala hay alrededor de cincuenta espectadores, que disfrutan del film con debida atención. Sus edades oscilan entre los 60 y 80. Estos a lo largo de la película comentan con euforia o desprecio algo sobre alguno de los personajes. Incluso un teléfono celular sonó a mitad de la sala y un hombre se incorporó enojado y dijo: “Apaga ese aparato che”.

“La gente utiliza este espacio para distraerse un poco, para escaparse un poco de la rutina”, dice Elbio Córdoba y agrega: “No es lo mismo mirar una película en tu casa que salir al exterior para hacerlo”. Además cuenta con entusiasmo que el ciclo comenzó con no más de diez espectadores y que hoy son más de cincuenta. “Esto se debe, en mucho de los casos, porque la gente está cansada del cine hollywoodense y busca algo nuevo en los clásicos, en la vieja escuela”.

Lo cierto es que el ciclo que se presenta en la Biblioteca Argentina Dr Juan Alvarez, no es el único. Demás entidades públicas como el “Cine Club” o “El Cairo” hace tiempo que otorgan espacio a este cine alternativo o de culto. Esto no solo significa un llamado de atención al cine comercial o al que actualmente acostumbra Hollywood sino también al consumo del cine como tal.

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