lunes, 30 de junio de 2014

Una mirada taciturna, por el lápiz de Joe Sacco

Joe Sacco es un periodista conocido por sus crónicas representadas a través del comic. Es un gran referente de este singular género que muestra el medio camino entre la labor periodística y el relato gráfico. Nació en octubre de 1962 en la Republica de Malta, un país insular miembro de la Unión Europea. Alguna de las obras más reconocidas fueron: “Palestina: en la franja de Gaza” y “Gorazde: Zona protegida”.


Después de dedicarse a los comics románticos, a finales de los 80 comienza a recorrer el mundo. Allí se engendran las primeras historias marcadas por la impronta personal de Joe Sacco, historias que formarían parte del volumen “El final de la guerra”.

Esta obra contiene dos relatos principales ubicados temporalmente una vez concluida la guerra de Bosnia. Por un lado muestra la vida de “Soba” un ex combatiente voluntario. Después de perder a toda su familia y a gran parte de sus amigos, actualmente, dedica su tiempo en bares nocturnos y tocar la guitarra con su banda “Z.O.C.H”. 

La segunda historia que presenta este volumen es “Navidad con Karadzic”, en esta deja de lado lo emotivo y biográfico para darle lugar a un relato cargado de un humor negro y situaciones casi absurdas. En ella Sacco descubre una noticia que no se hará presente en los diferentes medios de comunicación, mientras persiguen a un criminal de la guerra.

Joe Sacco muestra personajes deprimentes y taciturnos, enmarcados más todavía por el sello de su lápiz. Este es para el comic lo que para el arte es el realismo. Nada es exuberante, ni bello, ni excesivamente desastroso. Simplemente es.

En “Final de la guerra” se hace presentes la realidad en su máximo alcance. La realidad que debe sobrellevar una sociedad todavía arrasada y devastada que, como en el caso de Soba, solo busca consuelo en las noches y en aquella gran compañera que es la música. 

Los gráficos son melancólicos, muestran personajes de grandes ojeras y ojos tristes. La misma presencia Joe Sacco, autoplasmado en su obra, deja una interesante sensación de verlo siempre como espectador partícipe y a su vez ajeno a todo lo que ocurre, tal y como debe ser.

viernes, 27 de junio de 2014

SEGUNDO PARCIAL DEL SEMINARIO


Consignas para el segundo parcial

Mirar los siguientes capítulos del programa televisivo Continuará (Encuentro. Conducción: Juan Sasturain):

Héctor Oesterheld, Solano López y El eternauta:

Solano López y El eternauta:

Leer la historieta El eternauta (1969).
Guión: Héctor G. Oesterheld. Dibujos: Alberto Breccia
Prestar atención especial al prólogo contenido en el mismo libro.


La realización del parcial será durante la clase del miércoles 02/07

lunes, 23 de junio de 2014

EL FINAL DE LA GUERRA DE JOE SACCO

Cattaneo.

Joe Sacco es una personalidad muy interesante para el mundo. Si bien en 1981 se graduó de periodista, se destaca por ser un autor alternativo de cómics. Entre sus mayores éxitos están “Palestina: en la franja de Gaza” y “Gorazde: Zona Protegida”.

Lo innovador del autor está ligado a su idea de realizar periodismo a través de historietas -es decir, de una serie de dibujos que constituyen un relato-. Sus obras navegan entre el cómic underground y la crónica periodística.

El “Final de la Guerra” es un álbum de historietas que realizó antes de consagrarse con sus dos grandes éxitos. El mismo contiene dos historias breves referidas al fin de la Guerra de Bosnia.

“Soba” es la primera de ellas y cuenta las vivencias de un artista guerrero sarajevita que logra seducir al Occidente con su música. De este modo manifiesta la crueldad de la guerra. Una demostración de la importancia de los detalles cotidianos, capaces de sobrepasar cualquier cultura y conflicto.

Por su parte, en la segunda historia, “Navidad con Karadzic”, ya no recurre al enfoque emotivo y sentimental, sino al humor negro. En la misma obtiene una noticia que no saldrá en los titulares, mientras persigue a uno de los criminales de la guerra serbobosnia más buscados.

Claro está que toda guerra deja cierto dolor, angustia y mucha sangre. La Guerra de Bosnia no fue la excepción y Sacco refleja con gran astucia y autenticidad estas complejidades que le tocó vivir al mundo.

Con el fin del conflicto y el advenimiento de la paz, Sarajevo había sido desbastado y debía recomponerse. Ante esto, Soba tomó una decisión difícil: la de abandonar su país, al que más tarde volvería.

Sacco logró impresionar al mundo con sus trabajos, no sólo por los relatos de situaciones conflictivas y de zonas peligrosas, sino por su formidable capacidad de transmitir tantos tipos de sentimientos como cantidad de ilustraciones hay en sus historias. Sabe manejar los planos a la perfección, a través de los cuales controla las sensaciones del lector.

Bogar por esta opción de periodismo puede resultar sorprendente para quienes nunca se acercaron a los comics. 

miércoles, 18 de junio de 2014

Una mirada a la obra de Sacco

Una mirada a la obra de Sacco

Palestine

"Palestina, en la Franja de Gaza" es un libro recopilación de comics del reconocido autor Joe Sacco. La historia que transcurre durante el invierno de 1991 y 1992 en sí está basada con un tinte periodístico cronológico con una serie de entrevistas en su mayoría en Jerusalén y alrededores a dicha zona de conflicto. Joe relata con el testimonio directo de quienes serán sus personajes y trata de estar dentro del conflicto de palestinos que viven en Israel, una problemática sin solución hasta hoy en día.

La línea temporal del relato y los hechos que acontecen resulta llevadera, de a ratos suena irónico e imagina parodias que se evidencian en los trazos de los diálogos y viñetas. Agrega un vasto análisis con explicaciones sobre lo que ocurre en esos tiempos que ayuda a cualquiera que se le presente el material ubicarse temporalmente sin necesidad de consultar una bibliografía externa. Una clase de historia en pequeñas cuotas sin perder el sentido de la obra.

Sacco se retrata con rasgos marcados para no pasar desapercibido pero hasta a veces se torna grotesco al caracterizar a sus entrevistados. Con su gráfica y la espacialidad que rellena, no tiene un tamaño predeterminado, lo que nos puede llevar a una hoja donde nos hundimos en la vorágine de la ciudad del Cairo como a una charla en un barco orientando la imagen a un grado de 45º grados que podría generarnos tortícolis. Párrafos enteros o recuadros apartados en pequeñas partes de la hoja hacen mover constantemente la vista para no perderse nada del panorama. El blanco y negro como colores únicos demarca la simpleza pero a la vez una extensa variedad de usos: desde un paisaje extenso como el Valle de Kidron hasta las expresiones más finas de una señora mayor con la que compartió viaje al final de la historia.

Sacco no se aparta en ningún momento de poner en claro su postura gris a la hora de reflejar la cultura y creencias de pueblos israelita y palestino. Mostrando rasgos, sus conductas y cómo se comportan frente a su presencia. En sí anuncia, da testimonio, declara, expone ambos pueblos con miradas en primera persona.
Luciano Brunelli

"En la franja de Gaza": breve clase de historia



A mediados de la década de los noventa, fue publicada esta obra del conocido autor de comics, Joe Sacco. "En la Franja de Gaza" está ilustrada en un contexto periodístico del invierno de 1991 y 1992, basado en una serie de entrevistas en Jerusalén y alrededores. Es así como intenta relatar con el testimonio directo de los implicados, la situación que se vivía en Israel respecto al pueblo Palestino -problemática que aún hoy sigue sin solucionarse-. A partir de distintas vivencias, él narra las diferentes situaciones en carne propia exponiendo sus experiencias en forma de historieta.

Su manera de relatar los hechos resulta amena y llevadera, de manera que por momentos trata irónicamente algunas acciones y hasta recrea una especie de parodia que se evidencia en las características de sus dibujos y diálogos con las personas que allí se relaciona. No sólo eso, también brinda un sintético pero rico análisis y explicaciones sobre cuestiones históricas que ayudan a centrarnos en aquella época protagonizada por la antagónica de los Israelíes y Palestinos. Resumiendo, es una clase de historia en pocas líneas.

Se dibuja a él mismo con rasgos muy marcados que diferencian a él de los demás personajes y así nunca pasa desapercibido en las secuencias. En tanto a las viñetas y el gráfico que rellena a los protagonistas, no se inclina por un mismo tamaño sino que varía en formas irregulares como así también en las distintas direcciones con que la están colocadas las cajas de textos: en columna, con inclinación, párrafos enteros o sentencias cortas. Vale destacar que sólo usa el blanco y negro y lo demarca de una forma muy soberbia, detallando por un lado lo central y por otro lo secundario como el paisaje, vehículos y demás.

A la hora de reflejar las distintas culturas, vivencias y creencias de los Palestinos e Isralíes, Sacco se muestra equitativo para las dos partes ilustrando y mostrando cada detalle de las personas, sus rasgos, su apariencia, su forma de hablar y cómo se comportan frente a él. Forma una especie de testificación de ambos pueblos con figuras reales y anónimas que demuestran sus pensamientos en primera persona.

El final de la guerra

Por Nahir Saieg


Joe Sacco es capaz de transformar los conflictos actuales en experiencias íntimas e inmediatas. Es un dibujante de cómics americano, conocido por sus novelas gráficas dedicadas al conflicto palestino o la guerra en los Balcanes, como En la franja de Gaza o Gorazde. Es Licenciado en periodismo, y ha utilizado sus cómics como elemento de periodismo de denuncia, consiguiendo numerosos premios. 

En el libro "El final de la guerra", se recopilan por primera vez las historias de Soba y Navidad con Karadzic. En Soba, Joe Sacco captura el tormento interno de un artista guerrero de Sarajevo que cautivó a los medios de Occidente con su guitarra y sus fiestas.

Resulta sorprendente el periodismo en modo de cómic y más aún que la temática recurrente en Joe Sacco es siempre la guerra. Como si fuera experto en transmitir esas emociones fuertes que desprenden los conflictos bélicos, el dolor y olor a sangre que queda en cada lugar devastado.

Este cómic es oscuro, quizás porque toda guerra es oscura. Quizás porque la ciudad principal de los acontecimientos, Sarajevo, fue el asedio más prolongado en la historia de la guerra moderna. Quizás porque la guerra de Bosnia es todo un rompecabezas en la historia mundial. Con imágenes intermitentes, alternando entre la crueldad de la guerra y la connotación sexual de las noches de Soba, Sacco cuenta una historia. La historia de un artista al que le tocó ir a la guerra, un artista que mató y vio morir. Un artista cuyo arte de ahora en adelante jamás será el mismo. La presencia de la muerte deja grandes rastros.



El final de la guerra es un muestrario de esa sensación de alivio que le sucede a la guerra. La paz, que es tan anhelada, tan deseada, pero a la que sin embargo no se sabe cómo reaccionar. Después de tanta violencia y tanto dolor, ¿Cómo se vuelve a la paz después de tanta guerra? No resulta fácil volver a la rutina y hacer como si nada hubiese pasado. Volver a la paz ¿qué significa?
Un enigma que seguramente se le ha hecho presente a todos los bosnios, y también a Soba. La primera decisión que toma es escapar, huir, irse a otro país. Si su casa ya no es la misma, si su familia ha muerto, ¿para qué permanecer en Sarajevo? Y sin embargo con el correr del tiempo encuentra nuevamente su lugar, se reacomoda a la nueva situación. Nada es como antes, no va a ser fácil, pero al menos… hay paz.

miércoles, 11 de junio de 2014

¿El rock está apagado?

No. El rock no está apagado, si no que se encuentra tapado. Existen muchísimos músicos nuevos, nacieron interesantes propuestas y se están encontrando caminos nuevos para el género. Pero quienes se encargarían de publicarlos, fotografiarlos o exponerlos, siguen intentando lustrar lo que ya no tiene vigencia. La muestra fotográfica “ Retratos del Rock”, es una prueba explicita del moribundo rock del mainstream argentino. La mayoría de las fotos son tomadas en primer plano y no dicen mucho. Son rostros conocidos, poses repetitivas y hasta en algunos casos aburridos. Celeste Urreaga (la fotografa), quiso hacer algo distinto pero su propia idea termina traicionándola. Coincido con Joaquin Fernandez, periodista que también cubrió esta muestra, en que el contenido es escaso. Y aun peor es repetitivo. “Las imágenes fueron tomadas en un ámbito privado y los músicos fueron conscientes de ello ya que en la mayoría de las fotos se encuentran posando, haciendo muecas y divirtiéndose frente al lente de la cámara de Urreaga”, escribió Fernandez. La realidad es que las poses no son muy distintas las unas de las otras y algunas están demasiado sobreactuadas. Solo algunas fotos se logran destacar en esta monótona exposición. Una en especial captó mi atención, mostrando solo los ojos de Andres Calamaro con un perfecto plano detalle. Los ojos del músico tienen un color rojizo en su piel aproximándose al globo ocular, y se encuentran entre cerrados, como haciendo fuerza para no desaparecer. En ese ejemplo se le puede conceder un valor artístico a Urreaga, retratando la mirada de lo que es Calamaro, un ser conocido como “los reventados” del rock. Otra valoración positiva es la de acompañar a cada imagen con una frase o cita del personaje fotografiado. Recomiendo en especial ver la de Cristian Alvarez( pity ). Entre los artistas retratados se encuentran: Claudio Kleiman, Ana Naon, Cristian Barnes, Cuino Scornik, Andres Calamaro, Negro García Lopez, Adrian Otero de Memphis la Blusera, Cachorro Lopez de Los Abuelos de la nada, entre otros. Tal vez fue muy inocente de mi parte esperar encontrarme con algún artista contemporáneo. Es válido destacar que era la única persona en el Centro Cultural Fontanarrosa. Esto fortalece mi punto: Si se sigue haciendo lo mismo, apostando a lo que alguna vez funcionó, poca vida le queda al género. No solo hay que intentar hacer algo distinto, como intento fallidamente Urreaga, si no también buscar en otros lugares a los artistas. Tal vez es hora de abandonar el facilismo de descubrir bandas que suenan en las radios y salen en las revistas especializadas y adentrarse en el Underground de nuestro país. La impresión que deja la muestra fotográfica, es que el rock está muerto. Pero no está muerto, si no perdido y hay que buscarlo.

Fotografiando leyendas musicales.

En esta muestra fotográfica llamada Retratos del Rock, la fotógrafa Celeste Urreaga invita al público a que realice una recorrida por distintas imágenes de los artistas mas destacados del rock nacional.

“Retratos del Rock” es la muestra fotográfica que se expone en el Centro Fontanarrosa desde el jueves 29 de Mayo hasta el 29 de Junio. Es una colección fotográfica de destacados artistas del rock nacional, realizada por Celeste Urreaga. Este trabajo nos muestra a los artistas del género desde un punto de vista que no solemos ver. Es una recorrida divertida y poco habitual que la fotógrafa intenta que el espectador realice dentro del universo del rock argentino.

 Celeste Urreaga con esta exposición invita al público y propone que, si bien es algo divertido, es una experiencia en la que el juego es una cosa seria. La artista con esta muestra revela su fanatismo y conocimiento sobre el queridísimo y renombrado rock nacional. Llega a recorrer lugares poco usuales de diversos artistas del género. Se podría decir que lleva al espectador a dar una vuelta sobre “el lado b” de estas leyendas musicales.

Las fotografías no tienen nada de especial, ya sea como grandes efectos fotográficos, ni manipulaciones con photoshop, o frases referentes a cada músico. Pero lo que sí se podría destacar es que por una parte muestra una parte natural de estos cantantes, y por otro lado los deja jugar, y hasta los hace posar, como si tuviera en frente a modelos acostumbrados a sesiones fotográficas.

La colección es variada, aparecen planos horizontales y verticales, imágenes a todo color, en blanco y negro, en tonos sepia. Algunas son más nítidas que otras, algunas hacen mas hincapié en el rostro del personaje y otras se enfocan en que éste aparezca de cuerpo entero. Mientras que unas solo cuentan con un fondo oscuro, hay otras que tienen de fondo un panorama distinto, ya sea un paisaje o una escena montada especialmente para la fotografía.

Cada retrato está acompañado por alguna frase del artista, ya sea una declaración o un fragmento de canción, y también se pueden observar comentarios que hace la propia Urreaga. En el retrato de Adrián Otero, cantante de Memphis la Blusera, Celeste escribe:

“Buscándote”. Me decía mientras trataba de hacer foco en mí, cerrando un ojo con un extraño gesto en su rostro. Jugamos, hablamos, reímos. Poco tiempo después te fuiste. Te seguimos extrañando.

De esta forma ella expresa diferentes sentimientos por los distintos artistas que tuvo la posibilidad de fotografiar. Supo captar rasgos que no son de los más comunes en todos ellos. Supo cómo desnudarle aunque sea una mínima parte, acercarlos un poco más al público.


Coincidiendo con la nota de Joaquín Fernández, la muestra fotográfica es escasa en contenido. No muestra la parte más conocida y lo que hace especiales a estos artistas. No los muestra ni componiendo, ensayando, tocando algún instrumento o cantando frente a miles de fanáticos. Los muestra como personas comunes, ocultando tal vez la cara que estos músicos siempre muestran. Si ese era el objetivo de Urreaga, lo cumplió de forma favorable. Pero arriesgó la muestra llevándola a que sea aburrida y que despierte poco interés en quien quiera ir a verla.

Debate sobre la criminalidad en Rosario

Ayer, en el Museo de la Memoria, y con motivo de la celebración del Día del Periodista, se llevó a cabo el encuentro "Nosotros y los otros: debate periodístico sobre la criminalidad en Rosario", el cual estuvo a cargo de los periodistas Hernán Lascano y Silvina Tomaus. El evento comenzó a las 19hs, tal como estaba pactado y tuvo como epicentro el tema de la violencia producida en la ciudad de Rosario. Tomaus fue la primera en tomar la palabra y explicar acerca de que este fenómeno no es algo nuevo, como gran parte de los medios de comunicación lo expresan, sino que ya se venía gestando hace mas de 20 años y con la misma crudeza. Lo que ocurre es que en los últimos años los temas policiales han tomado una trascendencia social que antes no tenían. Los medios de comunicación han descubierto que estos generan gran atracción y es por eso que le dedican tanto espacio. Esto, sumado al sensacionalismo con el que son tratados los temas, provocan ventas y puntos de rating altamente redituables para los mismos. Claros ejemplos fueron el caso Pomar o el de Ángeles Rawson. Durante la charla trataron de limitarse a la criminalidad a nivel local. Aclararon que los hechos de violencia son en gran parte producidos por causas relacionadas al narcotráfico pero que muchas veces por falta de recursos, de tiempo, y en algunos casos por irresponsabilidad de los periodistas, otros hechos son englobados bajo este mismo tema. Le dieron importancia a la existencia de otra causa que genera muchas víctimas fatales en la actualidad y que es la falta de tolerancia y respeto existente entre las personas. Hechos y situaciones que en el pasado quedaba en la nada o no pasaban a más de una discusión, hoy terminan en agresiones físicas, muertes o posteriores hechos de venganza. Según ellos esto se debe principalmente a la ausencia del Estado en cuestiones de educación y contención para aquellas personas que más necesita de su presencia. Además coincidieron en que gran parte de la responsabilidad del alto nivel de criminalidad y violencia que se vive en la ciudad la tienen aquellos que deberían brindarnos seguridad y tranquilidad; estos son, la policía, la Justicia y el Estado. Con respecto a la primera, se refirieron a la relación que tienen con los delincuentes. Forman parte de un mismo negocio, ya sea a través del pago de coimas, de “permisos” para instalarse en determinados lugares, actuando entre ellos de informantes y hasta prestándose armas de fuego. Así fue como lo afirmó Lascano, quien aseguró que a través de una fuente se enteró de cómo y cuando la policía le prestó sus armas a la barrabrava de Newell´s para realizar un “operativo”. En relación a la Justicia ejemplificaron con el caso del Juez Carlos Vienna, quién habría viajado en más de una ocasión con el padre del “Fantasma Paz”, presunto integrante de la banda narcotraficante Los Monos. Y con respecto al Estado, se refirieron a su negligencia y falta de mérito, y dieron como ejemplo el hecho de la carrera profesional que realizó Hugo Tognolli bajo la conducción de Hermes Binner, quien siendo jefe de la policía santafecina se vio involucrado en negocios con el narcotráfico. En el cierre del debate los periodistas permitieron a los presentes evacuar sus dudas a través de preguntas. La información que estos brindaron sirvió a aquellos que estaban presentes para darse una idea de cuáles son las causas de la situación que se está viviendo en la ciudad, cuáles son sus consecuencias y cuáles pueden ser las posibles soluciones, hecho destacable, ya que sirve para crear conciencia critica de la realidad en la que se vive. JOAQUIN FERNADEZ

Un lugar para nuestros abuelos

El jueves 5 de junio se inauguró en el barrio Norte San Lorenzo el Centro de Día Recreativo para adultos mayores con el fin de crear un espacio educativo, didáctico y recreativo para los ancianos oriundos de la ciudad.

La ciudad histórica ha crecido notoriamente en los últimos diez años. Diferentes centros y plazas han sido inaugurados por el municipio como también obras estructurales para mejorar la infraestructura de la localidad. Pero si algo faltaba era un espacio para los abuelos, para nuestros abuelos. Un lugar en dónde puedan encontrarse e integrarse todos juntos para afrontar las necesidades e inquietudes que surgen en la tercera edad como los miedos, inseguridades, soledad, entre otras. 

Es por eso que el pasado jueves nació el Centro de Día Recreativo para adultos mayores. Ubicado en Francia y Montevideo de barrio Norte en su límite con Díaz Vélez, fue presentado por el intendente Leonardo Raimundo luego de un breve acto formal en conjunto con Adultos Mayores, agentes de Bomberos Voluntarios de San Lorenzo, personal policial, vecinalistas, titulares de geriátricos, funcionarios de gabinete y concejales. Aquel lugar fue un edificio de la vieja estación de trenes sanlorencina.

Pero aquí, lo importante no es quién lo realizó ni quienes participaron, lo interesante es que nuestra ciudad contará con un lugar para la tercera en dónde, a partir de los 60 años, podrán inscribirse y gozar de actividades educativas, recreativas y culturales tales como: cursos de computación y música, ciclos de cine-debate, yoga, gimnasia, charlas de salud y actividades sugeridas por los abuelos. Estará atendido por encargados y cuidadoras domiciliarias que cubrirán las necesidades que surjan en las distintas labores. 

La idea de este centro es que las actividades vayan surgiendo a partir de las propuestas de los mismos inscriptos. Nadie quedará excluido y todos podrán compartir sus experiencias en un clima ameno en dónde los protagonistas serán ellos y por un rato podrán dejar de lado la preocupación que suele invadir a los abuelos a causa de sentirse solos o aislados. 

Este espacio puede llegar a mermar la internación en los geriátricos. Decisión que a veces conlleva a problemas familiares y distanciamientos a causa de estar de acuerdo o no y que a los que más afecta es a los ancianos. En San Lorenzo, esta práctica suele ser la más común y de algún modo la más “fácil”. Una alternativa de esta índole, les permitiría a los miembros del Centro de Día Recreativo salirse de los cauces normales que constituyen sus rutinas para liberarse ya sea con la música, pintando o dibujando, mirando una película, informándose sobre las enfermedades propias de la tercera edad, realizando ejercicio físico o tan sólo hablando entre pares.

Sin dudas, era lo que hacía falta en materia de servicios y por sobre todo, un servicio que aporte a lo cultural. En esta sociedad tan individualista que a veces discrimina, se olvida y llega a no darle valor ni tenerles paciencia a las personas mayores, en realidad omite que son aquellas que nos han enseñado cómo fue nuestro pasado y nos aconsejan sobre cómo afrontar nuestro futuro.

NUNCA MÁS "EN MI NOMBRE"

Cattaneo.

Ángela Pradelli presentó en el Museo de la Memoria de Rosario su libro “En mi nombre” que habla sobre la restitución de identidades arrebatadas por el terrorismo de estado.

El pasado lunes 9 de julio a las 19 se llevó adelante la presentación del libro “En mi nombre”, de la escritora Ángela Pradelli, en el Museo de la Memoria (Córdoba 2019). La actividad fue organizada en conjunto por docentes y alumnos del Complejo Educativo Alberdi y el mencionado Museo.

El libro está subtitulado “Historias de identidades restituidas”, habla sobre la búsqueda de niños apropiados durante la última dictadura cívico-militar que se extendió de 1976 a 1983. Cuenta la vida de Manuel Gonçalves Granada, Ángela Urondo Raboy, Macarena Gelman García Iruretagoyena, Leonardo Fossati Ortega y Jorgelina Paula Molina Planas.

El acto se llevó a cabo en la planta baja y estuvo a cargo de Rubén Chababo, director del Museo. Se realizó a micrófono abierto y hubo vasta participación del público, que interpeló a la autora.

“Uno nunca sabe muy bien porqué escribe los libros que escribe. Vengo leyendo estas historias hace muchísimo, incluso cuando salía en muy pocos medios como Página/12. Ahora estas historias son más conocidas, circulan y hay documentales por televisión”, dijo Pradelli sobre la idea de escribir sobre esta temática, y continuó: “Cuando terminaba un documental o terminaba de leer y me quedaba con más preguntas que respuestas de cosas que no había entendido”.

“Son historias tan tremendas, pero en algún punto también tan felices porque las narré desde esa zona de felicidad y emoción que tienen cada uno de ellos por saberse que son quienes son y quienes sus padres querían que fuesen”, expresó.

Sobre sus entrevistas con los protagonistas aseguró que “a Manuel (Gonçalves) lo iba escuchando y lo interrumpía muchísimas veces porque no lo entendía y él me dijo ‘quedate tranquila porque nadie entiende, es muy difícil’. Se mezclan los tiempos, se mezclan las personas. A veces pasa que uno no puede dimensionar, no puede comprender tanto mal”.

“Lo escuché a Manu y pensé que ninguna historia iba a ser como ésta y cuando hice cada una de las otras pensé lo mismo. Todos los relatos mientras las estaba escuchando me parecían que eran los que más me habían impactado. Me conmovieron muchísimo todos las historias, el modo en que las narran”, aseguró.

Además, la escritora contó que algunas historias no fueron incorporadas al texto: “Me comuniqué con una persona que sabía una historia y también sabía que es alguien a quien le cuesta muchísimo contarla. Tuvimos un encuentro con ella, dio su testimonio, yo escribí una primera versión y cuando se la mandé tardó en contestar. Me había parecido raro que aceptó participar. Un día me llamó y me dijo ‘no sé qué me pasa con la narración, es demasiado fuerte para soportarla. Yo podría ver lo que dije en un testimonio pero la historia contada me pasa por encima, me aplasta’”.

También se refirió a Ángela Urondo: “Es hija de Paco Urondo y Alicia Raboy, una joven periodista cuando desapareció. Ángela sabe la verdad después de mucho tiempo y cuando va a algún lado es nombrada como la hija de Paco, entonces ella siente que socialmente están haciendo desaparecer nuevamente a su madre”.

“Se habla de ‘nietos recuperados’ como si todos hubiesen vivido la misma historia. Sin embargo son todas las historias muy diferentes”, cuestionó. Y agregó: “También hubo adopciones ilegales de buena fe. En el caso de Leonardo Fossati Ortega sus padres no sabían cuál era el origen de ese chico. Incluso cuando sus padres del corazón se enteran sufren de una depresión tremenda. La madre logra salir y el padre no, se enferma”.

“Quizás fue el libro que más me enseñó a escribir porque lo hice en contra de todo lo que sabía, en contra de toda la teoría narrativa y de lo que dicen los decálogos que uno se lee y que tanto ayudan a la hora de escribir. Pero me entregué a la escritura”, finalizó la autora.

miércoles, 4 de junio de 2014

Inauguración de Retratos Del Rock

Inauguración de Retratos del rock

Dentro de los ojos de Celeste

Sensualidad y música es el resumen de la apertura de Retratos Del Rock.
Llegó a Rosario la muestra de la que todo el rock nacional está hablando: Retratos del rock. Por la noche del jueves 29 de mayo, y con una importante cobertura de parte de los medios se inauguró con lujo y detalles.

Entrando por la puerta principal del Centro Cultural Fontanarrosa me encuentro con algunos colegas periodistas, fotógrafos y hasta amigos músicos que se acercaron a ver de qué se trataba. Me cruzo entre tanta gente a Rafael Ielpi, director del lugar, y me cuenta: "desde el Martes a la mañana están con esto, es increíble como lo terminaron" y agrega "que bueno que vino mucha gente, pleno día de semana y no lo esperábamos". 

Panorámica previa a la apertura de la muestra.
Claramente mucha gente recorriendo y disfrutando pero empezó tarde como todo buen recital de una banda. Algún que otro contratiempo no detuvo la magia de la noche en la que se podía disfrutar de algún tradicional ágape con una cerveza mientras charlabas con la directora y creadora de la exhibición, Celeste Urreaga. Esta señorita licenciada en Ciencias Políticas de la UBA nacida en Neuquén y amante de la fotografía amateur, sin conocerla podemos llegar a decir que es portadora de una personalidad rockera: tatuajes esparcidos en su cuerpo como pinturas esparcidas al azar en un lienzo y llevando sobre sí misma un llamativo vestido que robaba las miradas de los hombres presentes. 

Unas de las particularidades de la noche fue el recital acústico de la banda Mamita Peyote que luego de 3 canciones dejaron ganas de bailar. Otro punto negativo de la muestra, además de la impuntualidad ya mencionada, fue el poco interés que se le dio a una atracción de la muestra: una proyección con el backstage de los retratos y una seguidilla de fotos de artistas de nuestra ciudad que se acercaron a ser capturados por el ojo de Celeste.

Fabián Gallardo (foto), uno de los músicos locales convocados a la sesión de fotos.
A pesar de todo la colorida inauguración, la buena música y una cerveza de por medio no hay que dejar de lado lo que se iba a visitar. Esta exhibición conceptual en la que grandes músicos del rock nacional (por nombrar algunos: Andrés Calamaro, Marcelo Moura, Cachorro López, Gustavo Cerati, Pity Álvarez, etc.) se destacan únicamente por lo que quieren retratar. La autora no busca dar muchas vueltas en que quiere expresar del músico sino que quiere usar su cara para transmitir un mensaje simple y claro. Eso es clásico de una persona que se cuelga una cámara y que gracias a un corto curso de fotografía puede fotografiar lo que quiera. Pero Celeste no es únicamente eso, utiliza cuestiones creativas y las imagina y las traslada al plano real y quedan impresas. Pero aún así "Retratos del rock" es una invitación a la diversión, a la apertura y a la libertad. Es una construcción entre la fotógrafa y el músico y lo que se busca indagar es la esencia misma de los retratados. Es una invitación a ser libres en cuerpo y alma: entrar a una nueva dimensión y dejarse llevar por una experiencia en la que el juego es una cosa seria. Es la consolidación de una forma personal de entender una ideología, una cultura. Sin ataduras y, en algún punto del trayecto, descarga su potencia revolucionaria.
Una de las obras que más me gustó: Hilda Lizarazu.
Luciano Brunelli

UN RECORRIDO POR EL MUSEO EVITA

Cattaneo.

El Museo Evita fue creado por el Ministerio de Cultura de Presidencia de la Nación. El edificio, ubicado en calle Lafinur fue adquirido en 1948 por la Fundación Eva Perón para llevar adelante un hogar de tránsito para mujeres del interior con problemas de salud, trabajo, documentación o vivienda en su paso por Buenos Aires.

Al mismo tiempo, desde el año 2000 allí funciona el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón del cual depende el museo que fue inaugurado el 26 de julio de 2002, en el aniversario número 50 de su fallecimiento. El mismo está presidido por Cristina Álvarez Rodríguez, sobrina nieta de Evita.

En la exposición se plantea un recorrido por las distintas etapas de la vida de la “abanderada de los humildes”: María Eva Duarte, la niña bonaerense hija extramatrimonial que luego se transformó en actriz; Eva Perón o “la compañera Evita”, no sólo la primera dama, sino también la pieza fundamental de la vida política argentina; y Evita, el mito.

En primer lugar, hay un santuario de la protagonista, su típica imagen sonriendo con el rodete acompañada por un fragmento de “La Razón de mi vida” lleno de flores y velas. Luego, en una habitación con paredes negras y espejos, se proyecta un audiovisual que rememora su funeral. Allí mismo se expone una máscara mortuoria plateada con su rostro.

En el siguiente salón, pintado de verde, se propone recuerdos de su infancia y juventud. En las paredes está inscripta su biografía, con gigantografías y retratos de ella y sus padres. También hay pertenencias de su familia como diplomas, un reloj, una máquina de coser, medallas y libros.

Siguiendo con el recorrido aparece la Eva actriz: imágenes audiovisuales de escenas, fotos personificada, la claqueta de “La Pródiga” –la última película que filmó-, objetos y vestuario que utilizó.

En el hall del primer piso se expone un retrato gigante de Eva en la gala del Teatro Colon del 9 de julio de 1951 realizado con óleo sobre tela por Gino Mornesso. También se encuentra un mobiliario estilo provenzal del hogar de tránsito y varios ejemplares de “La Razón de mi vida”: uno de 1951, otro bilingüe castellano-japonés y árabe y escolares.

Por otra parte, en el próximo salón se evoca el 17 de octubre. Se recurre a la proyección de imágenes, fotografías, un uniforme y una gorra del Ejército Argentino y varios afiches que rezan lemas como “Perón cumple” o “Evita, mártir del trabajo” y tapas de periódicos de ese entonces que titulaban “Perón asumió ante el fervor popular”.

Más adelante se hace referencia al casamiento de Eva con el Coronel Juan Domingo Perón y se trata de mostrar a la Evita mujer. Pueden apreciarse sus vestidos de gala y cocktail, tapados, carteras, sombreros y perfumes.

Otra habitación está dedicada exclusivamente una medida trascendental en la vida de Eva: el voto femenino. Allí se puede visualizar publicaciones oficiales del Partido Peronista Femenino, el carnet de afiliación de Evita al PPF, su libreta cívica, documentos de mujeres que votaron por primera vez a partir de la Ley 13.010, una urna de aquellas elecciones. Además, hay un traje de la Evita política.

Otro de los cuartos temáticos tiene que ver con la Constitución de 1949 impulsada por el peronismo y donde se avanzó mucho en materia de derechos de segunda generación (sociales y laborales). En las paredes, pintadas de los colores de la bandera argentina, se realiza un recorrido por los puntos más significativos de la reforma.

La fundación Eva Perón también tiene su espacio en el museo y se pueden ver libros escolares, guardapolvos, pupitres y juegos y juguetes que regalaba desde dicha organización.

Atravesando un patio, se llega a un salón enorme donde se encuentran más objetos relacionados con la ayuda social. Hay indumentaria que proporcionaba la Fundación, vajilla y elementos de cocina del hogar de tránsito, heladeras y bicicletas.

El último de los salones retoma la muerte de la protagonista, donde hay un nuevo santuario con una virgen, imágenes del funeral, un cirio gastado con la frase “Señora Eva Perón, jefa espiritual de la Nación” que fue utilizado en el mismo. También hay un busto dorado y una placa rota que habían estado ubicados en la Intendencia de Balcarce y fueron destruidos y escondidos por las fuerzas militares tras el golpe del 16 de septiembre de 1955.

El museo puede ser visitado de martes a domingos de 11 a 19 hs. en Lafinur 2988 en el barrio de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires.

Ciclo de distensión y entretenimiento en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Alvarez



“Encuentros para el alma”, así denomina Elbio Córdoba curador del espacio de cine alternativo o de culto que se dicta todos los martes en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez.


El evento tiene lugar desde hace ya tres años, donde durante un mes se respeta una cierta temática. “Este año lo hacemos por países, pero años anteriores lo hacíamos por directores y el que viene lo haremos por género”, comenta el Elbio con entusiasmo. En el mes de junio el ciclo presenta al “Cine Británico” con respecto a las instituciones escolares. El mes pasado se trató sobre el rol de la mujer bajo la perspectiva francesa.

El martes 3 de junio se proyectó el film ingles de 1951 “La versión de Browning”. Dirigida por Anthony Asquith y protagonizada por Michael Redgrave, Jean Kent y Nigel Patrick. Premiada como mejor guion y como mejor actor (Michael Redgrave) en el Festival de Cannes.

El largometraje tiene como personaje principal a un profesor, Andrew Crocker-Harris, temido y odiado por sus alumnos que por problemas de salud debe abandonar su trabajo. Este a pesar de su larga trayectoria y de sus años en la institución a nadie parece preocuparle su retirada. Sin embargo una frase resonara al final de film. Unas palabras escritas a mano en un manuscrito de “Agamenón” de la versión de Browning: “A mi querido maestro con gentileza. Taplow”

Taplow es uno de los alumnos más distraídos, desordenados pero extrovertido del exigente profesor. Es él quien por momentos hace reflexionar al personaje principal sobre sus tiránicas actitudes. Y quien le deja como enseñanza al institutor que a pesar de sus rígidas formas su trabajo no fue en vano. Pues al fin y al cabo Taplow no reprocha al maestro, por el contrario le agradece.

Mientras tanto en la sala hay alrededor de cincuenta espectadores, que disfrutan del film con debida atención. Sus edades oscilan entre los 60 y 80. Estos a lo largo de la película comentan con euforia o desprecio algo sobre alguno de los personajes. Incluso un teléfono celular sonó a mitad de la sala y un hombre se incorporó enojado y dijo: “Apaga ese aparato che”.

“La gente utiliza este espacio para distraerse un poco, para escaparse un poco de la rutina”, dice Elbio Córdoba y agrega: “No es lo mismo mirar una película en tu casa que salir al exterior para hacerlo”. Además cuenta con entusiasmo que el ciclo comenzó con no más de diez espectadores y que hoy son más de cincuenta. “Esto se debe, en mucho de los casos, porque la gente está cansada del cine hollywoodense y busca algo nuevo en los clásicos, en la vieja escuela”.

Lo cierto es que el ciclo que se presenta en la Biblioteca Argentina Dr Juan Alvarez, no es el único. Demás entidades públicas como el “Cine Club” o “El Cairo” hace tiempo que otorgan espacio a este cine alternativo o de culto. Esto no solo significa un llamado de atención al cine comercial o al que actualmente acostumbra Hollywood sino también al consumo del cine como tal.

Debate sobre una realidad marginada

El lunes dos de junio, se presentó un cine debate sobre la película argentina”El Polaquito”, de Juan Carlos Lezanso. Este evento fue organizado por Rosario Ciudad Unida, una organización social de la ciudad. La película fue filmada en el año 2003, donde el país atravesaba tal vez su época más dura en el plano económico y social. La obra aborda con profundidad las lógicas predominantes en el delito urbano, mostrando las formas en que se organiza la explotación de personas y espacios públicos con la intervención de distintos agentes sociales regulados por el poder institucional y económico. El polaquito (Abel Ayala), se gana la vida cantando tangos en trenes de Buenos Aires. Este conoce a “Pelu”( Marina Glezer), una joven prostituta que es explotada y maltratada por su jefe, “el Rengo”( Roly Serrano). El personaje interpretado por Ayala, intentará sacar a la joven de esa vida atormentada pero se encontrará con obstáculos imposibles de superar, gracias a la complicidad de la policía y la ignorancia del estado. La obra no escapa jamás a la profundidad y al compromiso social. La crítica a la agencia policial se hace palpable, y se transforma en uno de los principales focos de la película. Contiene diversas escenas de abuso de poder y arreglos corruptos. El director logra impresionar al público sobre todo con una escena brutal. Durante uno de los intentos del polaquito para ayudar a “Pelu”, un policía comienza a maltratarla y el joven procede a defenderla. El agente policial decide junto con otros colegas, llevar al personaje principal a una celda vacía, donde le practicarían sexo anal y lo golpearían hasta el hartazgo. Todas estas aberraciones que debe sufrir un joven de clase baja sin recursos ni educación, lo llevan a tomar malas decisiones. La película muestra explícitamente que ante el dolor y la impotencia que sufre el niño, su única salida es caer en la droga. Es muy fuerte ver como decide si comer o drogarse, tomando esta decisión a tan temprana edad sin nadie que lo aconseje. Pero aquí reside la virtud de la película, mostrando la cruda realidad que afrontan los jóvenes marginados del sistema. Luego el director decide introducir otra mirada comprometida. Ante el hambre que sufre y el consejo de un amigo, decide salir a robar. Durante un tiroteo con la policía, su amigo muere y la vida del “polaquito” se desmorona aun más. Al momento del debate, las caras de algunas personas que asistieron variaban entre el asombro y la desolación. Sobre todo cuando se enteraron que es una historia real. La charla fue muy rica, aunque hubiera sido bueno un mayor número de asistentes. La dificultad de progresar en la vida naciendo con tanta pobreza y en un ambiente tan corrupto, fue el tópico general. Todos acordamos en que el sistema mismo conlleva a los jóvenes a delinquir y que conducen a su propia muerte temprana. También coincidimos en apreciar la selectividad con que funciona el sistema penal o el poder punitivo del estado. Solo llega a tocar a los más vulnerados y desconoce los demás delitos que hasta podrían traer consecuencias mucho más graves que un robo. La agencia policial delinque indiscriminadamente y tiene una impunidad absoluta. Es posible hacer una conexión con debates actuales en nuestra coyuntura. No pude evitar pensar en aquellos sectores de la sociedad que piden “mano dura” y bajar la edad de imputabilidad ¿Si todos conocieran la realidad que viven estos jóvenes, pensarían igual?, o ¿La conocen pero deciden mirar para otro lado de manera egoísta? Tal vez debemos comprometernos un poco más y ponernos en el lugar del otro, al igual que tener una visión crítica de las instituciones de control social en nuestro país. Vale concluir con una frase de Roberto Bolaño sobre el crimen: “El meollo de la cuestión es saber si el mal (o el delito o el crimen o como usted quiera llamarle) es casual o causal. Si es causal, podemos luchar contra él, es difícil de derrotar pero hay una posibilidad, más o menos como dos boxeadores del mismo peso. Si es casual, por el contrario, estamos jodidos. Que Dios, si existe, nos pille confesados. Y a eso se resume todo”.

Retratos del rock

Por Joaquin Fernandez

Desde el jueves 29 de mayo hasta el 29 de junio se estará exponiendo en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa “Retratos del rock”, una muestra de fotografías de artistas del género musical más importante en Argentina. Las imágenes, obras de la fotógrafa Celeste Urreaga y de su ayudante Nicolás Lara nos muestran bien de cerca a gran cantidad de músicos de nuestro país. Los podemos observar al detalle, sus rasgos, sus gestos, sus imperfecciones. Estas imágenes los toman en su gran mayoría en un primer plano, y si no fuera porque se los conoce por ser rostros familiares para los argentinos que tienen gusto por la música nacional probablemente sería difícil adivinar que son artistas de reconocida trayectoria. Esto se debe a que en ningún momento fueron retratados realizando aquello a lo que estamos acostumbrados a verlos haciendo. Creando música, con sus instrumentos en mano, componiendo en sus estudios o tocando ante una multitud. Las imágenes fueron tomadas en un ámbito privado y los músicos fueron conscientes de ello ya que en la mayoría de las fotos se encuentran posando, haciendo muecas y divirtiéndose frente al lente de la cámara de Urreaga. Es una exposición fotográfica diferente ya que nos muestra a los músicos desde otro ángulo.

Cada imagen se encuentra acompañada con su respectivo nombre y alguna frase o comentario al respecto. Así es como en una fotografía titulada “Primavera por un día” se puede observar a la cantante de blues Carla Puyo caminando por un paisaje desolado, con un cielo naranja que pareciera caerse sobre sus hombros y cargando solamente con su guitarra en su mano derecha. La frase que acompaña este retrato nos pregunta: “¿Qué llevarías al fin del mundo? ¿Qué cargarías contigo?”

A pesar de ser una muestra fotográfica original por las razones antes explicadas, en cierto aspecto resulta escasa de contenido probablemente por el mismo motivo. Las imágenes muestran tan sólo los rostros de los artistas y aquello por lo que nos atraen esas personas es por lo que son con sus instrumentos. Eso es lo que los hace diferentes de los demás. Si se fija la atención en sus rostros o en sus cuerpos no hay nada que los haga especiales, pero el hecho de que a través de su música puedan poner en palabras aquello que nosotros queremos gritarle al mundo, que nos emocionen o que nos motiven, eso es lo que los distingue.

Entre los artistas retratados se encuentran: Miguel Zavaleta de Sueter, Ale Sergi de Miranda, Daniel Melingo Abuelos de la Nada, Los Twist, de Claudia Puyo, Pity Alvarez, Marcelo Moura de Virus, Adrian Otero de Menphis la Blusera, Cachorro Lopez de Los Abuelos de la nada, Mavi Diaz, de Viudas e hijas de Roque Enroll, Willy Crook, Person – Súper Ratones, Gillespi, Utopians, Claudio Kleiman, Ana Naon, Cristian Barnes, Cuino Scornik, Andres Calamaro, Negro García Lopez, Pablo Armesto de Los Autenticos Decadentes y Ash Zevallos.

“La escritura es lo que me anuda a la vida”

Por Nahir Saieg

Artista y psicóloga, Bettina Bonifatti prefiere presentarse como escritora. Sus inicios en esta profesión y su relación con la lectura. Sus proyectos actuales y un consejo a los principiantes en el arte de escribir. 




Bettina Bonifatti, nacida en 1967 en Mar del Plata. Vivió su niñez y adolescencia en Buenos Aires y posteriormente se radicó en Pergamino durante 20 años.

El arte, la psicología y la escritura convivieron y conviven en ella. La psicología es su profesión y la pintura ya la ha abandonado. La labor de escribir es la que más disfruta y con la que más se siente identificada. Sus libros se encuentran disponibles en la web y no cesan sus nuevos proyectos. En permanente producción literaria y a días de regresar a vivir a la capital del país, nos cuenta sus experiencias e impresiones sobre el noble arte de las letras.

Bettina, teniendo en cuenta que ejerces tres profesiones ¿cómo te gustaría que te presente? ¿Cómo artista, escritora o psicóloga?

Ejerzo la psicología, en salud pública y privada. La pintura fue mi vida por treinta años, pero me retiré, ya solo elijo el dibujo, en función de hacer algún día un diario ilustrado de un viaje corto, o para escribir sobre arte. Me gusta ser presentada como escritora. Porque es lo que me anuda a la vida.

¿Qué fue lo que te hizo abandonar la pintura? Tu pasión, como lo has definido en varias ocasiones

Yo siempre digo que la pintura es como un gran amor y el dibujo como un viejo amigo. Me quedé con el dibujo, que es como una tarea más austera. La pintura necesita frecuencia, presencia, continuidad y el dibujo es como un gran amigo. No importa que no lo veas hace mucho tiempo, no necesita trato diario, pero siempre está.

¿Cómo crees que fueron tus inicios en la escritura?

Mis inicios en la escritura fueron a través de la correspondencia con mi abuelo paterno, de muy niña, a los siete años. A los 10 años leí mi primer libro, de Mark Twain: El príncipe y el mendigo. A los 11 años comencé a escribir mi diario de vida, uniendo lo epistolar con la vida cotidiana. En la secundaria, a los 14 años, escribía para la revista de mi colegio, “El tábano”, y también ilustraba sus notas. Ya a los 17 escribía textos, relatos cortos, pero nunca con la idea de ser escritora.
Quizás la conjunción de esas cosas, sumado a una hermana gemela que también escribía y a los libros que había en la pequeña biblioteca de mi casa, hicieron que leer y escribir sean para mí el lugar donde mejor me sentía.

¿Cómo continuó esta relación con la misma?


A los 20 años inicié una expedición a caballo de 5 años de duración. Auspiciada por la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería Argentina (8000 km a caballo) en la cual llevé un diario de viaje que fui escribiendo durante esos años. Todas esas anotaciones sumaron aproximadamente 20 cuadernos de 100 hojas. Muchos años después construí con esas páginas los fragmentos de mi libro del viaje, “Cinco años a caballo”. Publicado en el año 2006.

¿Crees que ese ejercicio de escribir diariamente se hizo imprescindible en tu vida? ¿Por qué?

Si, sin dudas. Porque aunque después no escribía todos los días ya era un estado para mí, una convivencia con la escritura. Siempre que escribo, lo hago a la mañana, muy temprano y en ayunas. Ese estado de escribir es para mí una necesidad básica, no una obligación. Anotar y tener libretas, cuadernos. Elegir las palabras. Ese es el ejercicio diario que se hizo imprescindible en mi vida.

¿Qué presencia tuvo la lectura en tu vida?

En la adolescencia he leído escritores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Lucio V. Mansilla, lo que todos leíamos. La música de nuestra época también me relacionó con las letras, con la poesía. El tango con poemas de Homero Manzi y principalmente el folclore con Manuel J Castilla.
Mucho tiempo más tarde, a raíz de la facultad y las lecturas obligadas empecé a leer como nunca había leído antes. El estudiar la carrera de psicología me dejó el hábito de lectura que después trasladé a la escritura. Leía entre 3 y 4 horas diarias. Fue como un hallazgo “de grande”.

¿Cuáles podría decirse que son tus escritores preferidos?


Si tuviera que nombrar dos mujeres, mis dos escritoras favoritas son la española Rosa Chacel y la norteamericana Katherine Anne Porter. En cuanto a escritores, William Faulkner también norteamericano. Henry James, Thomas De Quincey y James Purdy, ingleses. Juan José Arreola, mexicano y dos checos que me encantan: Vladimir Holan y Bouhmil Hrabal.
De nuestro país me gusta mucho Antonio Di Benedetto, Hector A. Murena, Mansilla que ya lo nombré y también Juan Filloy.
No se parecen entre sí y cada uno te evoca mundos diferentes. Estas lecturas me dieron más seguridad a la hora de escribir. Creo que la lectura es la mejor autorización que uno se puede permitir siendo escritor. Luego de leer estos autores me animé a escribir una novela que se llama “El Andante”.

Actualmente ¿en qué proyectos estás trabajando?

Siempre que estoy terminando un libro se me ocurre otro, entonces me engancho tanto con el nuevo que no puedo terminar el anterior. Actualmente estoy trabajando simultáneamente en tres trabajos.
Estoy corrigiendo uno que ya está terminado “La Cruz Eslovaca” que es un relato autobiográfico. Terminando un ensayo titulado “La música de los libros” que es un texto acerca del oído lector y el ritmo en la literatura. Y en el inicio de un proyecto sobre un libro acerca de la gemelitud con mi hermana gemela Karina Bonifatti que también escribe. La misma vocación pero con distinto contenido.

¿Qué consejo le darías a los que recién empiezan con esta labor?

Hay dos cosas que yo considero importantes, una es la concentración y la otra es estar dispuesto a perder algo. Hoy hay mucha industria del entretenimiento y está mal visto aburrirse. Yo estoy a favor del aburrimiento porque es el estado anterior a la concentración, que en el arte es todo. Mi consejo es no permitir que la vorágine del mundo, de la sociedad, trastoque la concentración. Mantenerla intacta. Incluso en la maternidad se aprende a trabajar en el ruido, a crear en la simultaneidad de las tareas humanas.
A lo largo del tiempo perdí la pintura, la ansiedad por publicar y pude ganar otras cosas. Mi conclusión es que no hay ganancias sin pérdidas. El fin es lograr la pasión regulada, no siempre relacionarla al exceso, porque el exceso puede extinguir la pasión.

La danza como estilo de vida

Para algunos, la danza es un hobbie, para otros una simple forma de mover el cuerpo, pero para Paulina Etchegoyenberry, la danza lo es "todo". Oriunda de la ciudad de San Lorenzo, la joven de 21 años comenzó desde pequeña a bailar y en la actualidad es directora de 'Ritmo y Bienestar' y profesora en la escuela de danza 'Corpora', ambos son institutos profesionales de su ciudad natal. Para ella, este arte no sólo beneficia a los jóvenes y adultos sino también constituye una etapa de importancia en la infancia.

¿Hace cuánto bailas? 
      Bailo desde muy chica. Comencé a los 5 años con folclore en la vecinal de mi barrio porque iban mis amigas y yo lloraba por ir, caprichosa como siempre, y ahí mi papá decidió que comience.
   
   ¿Cómo influyó e influye la danza en tu vida?
      La danza en mi vida es todo, es como el aire que necesito para vivir, me libera, cambia mi estado de ánimo, mi forma de vivir. Veo las cosas de diferentes maneras. Gracias a la danza conocí a muchas personas con un corazón inmenso de las cuales aprendo mucho. Mi primer maestra de folclore, Analía; Silvia Marques, que fue mi primer maestra de salsa, luego Carina Olguin, que es la profe que me hizo apasionar de la salsa, la cual amo con todo mi corazón; Pao Galassi y Mirian Ait, mis profes del instructorado llenas de conocimientos y experiencias, mis compañeras, colegas y demás profesoras de talleres y clases que tomé en muchos lados. Gracias a la danza conocí a mi pareja y hoy tenemos una hermosa familia. Creo que a la danza le debo todo.

      ¿Desde cuándo das clases? 
     Doy clases desde los 17 años.    

  ¿Lo tuviste pensando siempre? 
      No, en realidad cuando comencé a bailar en IDEC, Carina Olguin, directora de la escuela, me insistió para haga el instructorado y las profes de ahí mismo me inculcaron las ganas de enseñar y de transmitir todos mis conocimientos con una determinada metodología y pedagogía para cada grupo.

  ¿Participaste en alguna competencia nacional o internacional de baile? 
     Sí, participamos en grupo con IDEC en Buenos Aires en la cual salimos campeones nacionales. También estuvimos en la competencia más grande e importante de salsa, “Salsa Open”, una experiencia única e inolvidable para todo salsero... salimos 2° en eliminatorias de Rosario.

  
  ¿Qué crees que necesita una persona para poder bailar? 
      Ganas de divertirse, disfrutar, de aprender y llenar su corazón de alegría para liberarse a través de la música y la danza. Todas las personas están aptas para hacerlo, absolutamente todas.

¿A partir de qué edad se puede comenzar a estudiar baile? 
      Para el instructorado de ritmos caribeños que realicé yo es a partir de los 18 años. Pero depende generalmente de la institución y la danza que deseas estudiar. Para aprender a bailar hoy en día hay clases de iniciación a la danza que se dictan a partir de los 2 años. 

  ¿Cuál es la importancia de la danza en la infancia? 
      Es muy importante ya que ayuda al desarrollo psicomotríz, ejercita la coordinación agilidad y flexibilidad. Además, desarrolla el oído, la memoria y ayuda a socializarse. Relaja, libera adrenalina y aumenta la confianza en ellos mismos.

  
  ¿Cuál es el ritmo que prefieren? 
      El ritmo que prefieren los niños es la danza caribeña, reggaetón y ballet. Y Obviamente, los ritmos que están de moda como en este momento que la Bachata es ¡furor!

  En el Instituto, ¿realizan festivales?

   Sí, realizamos un encuentro a mitad de año en el cual participan  todas las instituciones de la zona y alrededores. A fin de año realizamos la gala de cierre con todas las coreografías desarrolladas durante el año.

El devenir de un revolucionario en burgués

65 años. 22 álbumes editados. 2 hijas. 1 libro. 1 accidente cerebro vascular. Vaya a saber uno cuántas mujeres, artículos, dibujos y poemas. De signo acuario, hijo de un inspector de policía secreta y de una ama de casa. Parece un “prontuario” bastante complejo para una sola persona, pero todo esto e incluso más es Joaquín Sabina.

Joaquín Sabina siempre fue una incógnita, un signo de preguntas en el mundo del rock, un poeta que quiso ser cantante, un hombre que se rindió ante los vicios y que finalmente pudo ganarle a la muerte.




Son las 2 de la mañana y después de su último recital en Argentina se retira del Luna Park en un taxi. Prende un cigarrillo y mira por la ventanilla, disfrutando Buenos Aires, esa ciudad que lo atrae y lo repele al mismo tiempo. En más de una ocasión dijo que viviría en Buenos Aires si no fuera por los admiradores efusivos. Ese ser argentino que los hace fanáticos, esa demostración ferviente de afecto a los ídolos, es lo que más llama la atención y lo que más distancia.

Recién termina el show, después de dos horas y más de 20 canciones la voz ya no le da más. Los años no vienen solos, la voz de terciopelo que supo tener en los primeros años ya se ha transformado en voz de lija. Esa voz rasposa, que hasta casi transmite dolor, es el resultado de años vividos al margen de lo permitido.

Años anteriores se hubiese dirigido a un bar, posiblemente a “Clásica&moderna” para acostarse horas más tarde con el sol ya puesto. Pero Joaquín Sabina no es el mismo, ya pasaron los tiempos de vicios y excesos de los cuales bien supo ser abanderado. Como declaró para una revista española a principios de enero: “Hace tiempo que soy un burgués”.

Jimena Coronado, la fotógrafa peruana, que desde 1999 es su mujer lo espera en el hotel. Ha sabido acompañarlo en los momentos más difíciles, y atrapar a quien nunca se dejó atrapar, a quien podía enloquecer por una mujer y dejarla al instante siguiente. En el último álbum como solista, Vinagre y rosas, Sabina le dedica la canción Rosa de Lima: “Jimena es una mina antipersonal, se acuerda de quererme cada dos años mientras yo me las apaño para olvidar.”. Contra todo pronóstico, el oriundo de Úbeda ha conseguido una cierta estabilidad sentimental al lado de la fotógrafa que ha estado en dos de los momentos más duros de su vida: la isquemia cerebral y la depresión que lo mantuvo dos años alejado de los escenarios y que lo ha entendido "como nadie" y ha sabido darle su sitio. Ahora, y aunque ambos saben que entre ellos se ha acabado "la pasión devastadora", han encontrado un modo de estar en el mundo. Incluso, él presume de serle "fiel y leal", algo que no había conseguido nunca como describe en el magistral tema Y sin embargo.

Siempre tuvo una relación conflictiva con las mujeres, relaciones apasionadas y fugaces. No han faltado, ni faltarán, oportunidades en que Joaquín Sabina, le cante a las mujeres, sus grandes musas inspiradoras.

Su primera mujer, y también primer y última esposa fue argentina con quien se casó sólo para poder dormir fuera del cuartel mientras hacía la milicia. “Era un hippie total y me quería suicidar por tener que ir al ejército. Entonces me enteré de una fórmula: si te casabas, podías ir a dormir fuera del cuartel todas las noches. Inmediatamente llamé a todas las chicas que conocía. Y ella fue la única que me dijo que sí. El matrimonio duró lo que duró la milicia: muy poquito”, confesó Sabina, quien se casó por primera y única vez el 18 de febrero de 1977 con Lucía Inés Correa Martinez.

Por su parte Isabel Oliart es la única que lo ha convertido en padre ya que con ella tuvo a Carmela y Rocío. Él considera que ha sido una de las mujeres más importantes de su vida en la medida que es la madre de sus hijas. Lo cierto es que, a pesar de sus diferencias -es hija de Alberto Oliart, ex ministro del gobierno de UCD-, él siempre ha mantenido que "de haber sido una elección premeditada, nunca habría podido escoger una madre mejor".

Años después coincidiendo con la grabación del disco Enemigos Íntimos (1998), Joaquín inició una relación sentimental con Paula Seminara, una bonaerense de veinte años. Ni la diferencia de edad ni la diferencia de status fueron un problema para ellos, sin embargo, si lo fue la distancia. Cuando iniciaron su relación, él estaba instalado en Buenos Aires pero al finalizar el disco, volvió a Madrid. Según explicó ella posteriormente, se "sentía sola" y acabó enamorándose de un chico que conoció en la cantera de Boca, su equipo favorito. De hecho, esta historia está totalmente reflejada en la canción Dieguitos y Mafaldas de la que la chica declaró:"Es todo verdad, lo de los lunares, lo del boca...todo". Un año después conoció a Jimena, con quien aún comparte sus días y le brindó la estabilidad que le faltaba.

El taxi sigue avanzando por la ciudad, recorre calles porteñas que lo vieron en sus mejores (o peores) épocas, él sólo sigue mira por la ventanilla. Vaya a saber uno en qué piensa. Todo cambió el día que el rey de la noche dejó de frecuentar bares, de salir a la calle. El día que Joaquín Sabina pensó que se moría.

En el año 2001 sufrió un accidente cerebro vascular al que logró sobrevivir, pero tuvo que llevar consigo las consecuencias físicas (casi queda paralítico) pero por sobre todo las consecuencias espirituales. Tuvo que retirarse de los escenarios por una gran depresión en la que estuvo inmerso. “La nube negra” le llama él, un antes y un después en su vida y en su carrera.

Sin embargo, y por el contrario de lo que todos creen, Sabina había dejado la cocaína varios meses antes de su problema de salud.

“Lo hice de la noche a la mañana. No puedo dar ejemplo a nadie porque a mí no me costó nada dejar la droga. Sí me costaría –y mucho– dejar el tabaco y el alcohol. A mí me ha dicho Maradona que él va a ser adicto toda la vida y que es una guerra diaria espantosa, a lo mejor es que yo no lo era tanto, porque yo le pregunto a Maradona: “¿Pero qué tomabas?”. ¡Y me ha dicho unas barbaridades! Creía que yo era muy adicto, pero sólo me tomaba dos o tres rayas. Estos se tomaban dos o tres gramos. Y, además, yo empecé con los treinta muy cumplidos y hay gente que empezó a los 18 ó 19. Yo era más de la cultura de la droga que de la droga en sí”

Infinitas son las partes de este complejo rompecabezas que resulta Joaquín Sabina. Aquel niño ensimismado en su música, hijo de un policía, que vivía en un pequeño pueblo español. Aquel niño con granos que odiaba los espejos y años más tarde llegó a posar desnudo en la tapa de un famoso diario. Aquel que un día se tomó un tren para no volver nunca más, para descubrir a qué sabían los aplausos, las luces y los besos. Aquel que sólo era Joaquín Ramón Martínez y terminó siendo Sabina.

Vivió huyendo, escapando de todo lo que lo ataba a lugares en los que creía que no debía estar. El secreto para que no lo atrapen fue el cada vez más raro arte de la rima perfecta, de que la métrica de los versos se respete y, así, respetar a ese socio que es el idioma. Siempre fue un irrespetuoso de las normas, pero un leal servidor de las letras. “Como no puedo decir que tengo una nariz clásica, me he preocupado por poder decir: sé rimar”

Quizás la clave en todo el misterio que representa es su tormentosa relación con el padre, quien aparece indirectamente en muchísimas canciones. Ese militar recto que lo empujó a la rebeldía extrema, a la izquierda. Posiblemente Sabina, antes de rebelarse por ideología se rebeló por mera rebelión a la figura paterna. “Mi primer papá se llamaba papa-movil”, “El marido de mi madre en el último tren se largó con una peluquera veinte años menor”, entre otras frases de sus canciones que recrean en parte esa relación.

Sin querer repetir la historia de su padre, pero repitiéndola en parte, crió a sus dos hijas Carmela y Rocío. Carmela, reconoce que su padre no fue un padre presente en su niñez. Incluso comenta que cuando eran niñas cuando veían pasar un avión, lo saludaban “porque ahí estaba papá”. Sabina no es el prototipo de padre ni mucho menos, sin embargo a medida que sus hijas crecieron comenzó a acompañarlas más y a disfrutar de los momentos compartidos. Probablemente no sea un padre ideal para dos niñas, pero si puede ser un buen padre para dos jóvenes adentrándose en los misterios y delicias de la vida.



Pasadas las tres de la madrugada llegan al hotel donde en la habitación 308 lo aguarda Jimena. No se hablan, sólo se saludan. Ella lee y él se sienta a su lado en el sillón. No necesitan más. Se prende un cigarrillo y por supuesto se toma un whisky, no es fácil sacarle las mañanas a un trasnochador, no es tan fácil pasar de ser un revolucionario a ser un burgués.