miércoles, 2 de julio de 2014

La historieta maldita.

En este artículo se realizara un análisis sobre lo que fue la historieta de ciencia ficción  El Eternauta, pero en su segunda edición, la  que fue lanzada por la revista “Gente” en 1969.
En esta oportunidad el famoso comic argentino, sigue la historia escrita y presentada en la primera edición por Héctor Oesterheld, pero los dibujos que la acompañan no son los realizados por Francisco Solano López, sino que esta vez la historia va a ir acompañada por el trabajo del dibujante Alberto Breccia
Se podría denominar a esta entrega realizada por el semanario “Gente” como la segunda parte del Eternauta. Si bien en un principio pretendía reflejar la dimensión y complejidad de la primera edición, no pudo lograrlo. Esto se debió a que la historieta no provoco el efecto o impacto que la revista esperaba, pero el problema principal era que las oposiciones entre la temática de la revista y el perfil de la historieta eran demasiadas.
La revista “Gente” en 1969 era un semanario que buscaba distraes a la sociedad e implantar en ésta debates sobre acontecimientos de poco interés, discutir sobre entrevistas de personajes de importancia relativa o nula para determinados sectores de la sociedad. Esta revista hablaba de artistas nacionales e internacionales, y llenaba sus páginas con gran cantidad de publicidad. Trataba de mostrar un estilo de vida y una realidad que no era la que se vivía por aquellos años en Argentina.
Esta revista hacia oídos sordos a los enfrentamientos que se percibían en nuestro país. Con estas temáticas se buscaba que la gente que la compraba no pensara en el gobierno de facto que controlaba a nuestro país, ni del latente Cordobazo y los distintos conflictos que se vivían a lo largo y a lo ancho de la Argentina.
Pero en el medio de todo esto, la revista “Gente” decide publicar esta nueva versión del Eternauta. Si bien ésta historia tenía un guión conciso realizado por Oesterheld, se metían de lleno al desafío de que los dibujos de la misma esta vez sean realizados por Breccia, quien tenía un estilo muy diferente y mucho más moderno que el de Solano López. Esto termino siendo un problema para la continuidad de esta historia. Al principio todo iba según lo planeado y la historieta salía semanalmente junto a la revista, y cada entrega era de tres páginas. Pero a medida que la historia y las entregas fueron avanzando, la revista empezó a recibir comentarios en contra de su publicación. Los principales reclamos eran en contra de los dibujos de Breccia, y el público que consumía la historieta se quejaba de que estos eran confusos e inentendibles.
Breccia se encontraba en un proceso de autodescubrimiento de su estilo, y esto pareciera que provocó muchas molestias en el público. A partir de esto, el editor de la revista Carlos Fontanarrosa pidió disculpas a sus lectores por poner en circulación esta nueva edición del Eternauta. Poco le importó a Fontanarrosa que Breccia le haya dado más sentido historietístico a sus dibujos, que la obra que está realizando no fuera solo un producto para comerciar, si no que era una nueva representación cultural.
Primero quisieron que Breccia cambiara y modificara sus dibujos, pero éste se resistió a la idea. Así que la revista “Gente” tomó la decisión de dejar de publicar El Eternauta. A partir de esto, se tuvo que sintetizar y abreviar más de la mitad de la historia en unos pocos capítulos.
De esta forma la historia de Oesterheld y Breccia pareciera ser que está maldita. Mucho fanáticos podrían pensar que a esta nueva y original versión la tocó la nevada mortal del Eternauta. Fue una historia que arrancó lentamente, que se encargó de remarcar los detalles más importantes y de innovar en los gráficos y los dibujos, para que se llegara al final menos pensado.
El Eternauta desde el principio se encuentra frente a situaciones desconocidas, y lo acompañan a lo largo de toda la historia. Es un poco lo que le pasaba a la sociedad argentina en esos años. Pero si hay algo que queda claro en la historieta es que no hay que dejarse dominar por el miedo y el pánico, sino que hay que arriesgarse y actuar. Esto es lo que nos propone la historia de Oesterheld, y este mismo mensaje estaba siendo leído por muchas personas.
Esta historia no tiene un final concreto, y se pierde mucho en este resumen de lo que fue la edición original. El enfrentamiento contra los invasores sucede muy rápido y la narración pierde mucho sentido y deja varias cuestiones inconclusas
No se pudo lograr que la historia se explayara completamente y expusiera ante los lectores el sentido metafórico con el que cuenta. La riqueza de contenido de esta obra es inigualable e incomparable con otros trabajos de toda época. Esta historieta impactaba directamente sobre la realidad argentina, y en algunos momentos se puede entrever cómo la ficción y la realidad se entremezclan formando una sola.

Tal vez nunca se sepa el verdadero sentido de por qué se decidió dar de baja la historieta de la revista. Muchos podrán pensar que se debió a la simpatía que la revista “Gente” ofrecía por el gobierno de facto. Lo que sí se sabe es que las dos tenían objetivos muy distintos y buscaban transmitir mensajes diferentes a la sociedad. Estas diferencias fueron irreconciliables.

El Eternauta, parte dos: el trazo de Breccia, la mente de Oesterheld (1969)

El Eternauta, parte dos

El trazo de Breccia, la mente de Oesterheld


Una versión maldita en pocas palabras podría decirte para que no avances más allá de estas primeras líneas, pero antes querido lector, si te dejas llevar con la mirada hasta el final de esta nota, nos vamos a introducir un poco en la lectura y análisis básico de la obra “El Eternauta”, en la cual voy a contarte específicamente sobre una edición de 1969 con dibujos de Alberto Breccia y guión de Héctor Germán Oesterheld.

Todo comienza cuando un señor mayor se encuentra en el estudio de su casa escribiendo con calma algún que otro guión de historietas que tratará sobre las aventuras de hombres valientes en el Pacífico Sur. De la nada una especie de fantasma lo asombra y hace levantar de su silla, las palabras de quien se le aparece frente a él fueron: “estoy en la Tierra supongo”. Luego este ser que apareció misteriosamente en la casa del guionista se hace identificar como EL ETERNAUTA y de ahí se empezará a contar su historia y por qué terminó allí, en ese tiempo y ese lugar específico.

A mi placer y gusto, se la puede definir como una de las historietas argentinas más importantes de la historia que chorrean ciencia ficción por todas sus viñetas pero que destaca más allá de su contenido, el contexto. La primera publicación que salió en la revista Hora Cero Semanal allá por 1957 era para un público infanto juvenil con unos exquisitos dibujos de Francisco Solano López (1928-2011) muy detallistas a la vista y con un pulcro guión de Héctor Germán Oesterheld (1919-desaparecido en 1977) pero el panorama en esta nueva publicación es diferente: estamos en el año 1969, en la edición número 201 de la revista Gente (dirigida en su entonces por Carlos Fontanarrosa) y entre tantas propagandas, chimentos, fotos y debates entre historiadores se reedita la historia pero esta vez con dos grandes particularidades a la cual temeré, bajo la semblanza de mi editor, usar con la misma palabra: el tinte político y el tinte del trazo en los dibujos.

Como si hubieras sido sacudido por la explosión de un cascarudo contra un tanque sin previo aviso mientras intentas mantenerte con vida, voy a explicarte qué quise decir: para la época de esta publicación a Oesterheld se le ocurre mantener el hilo conductor de la trama original pero teñirla con un significado más político que ficcional gracias a la ayuda de los oscuros y adultos dibujos de Breccia.

La primera re-edición de este Eternauta de la revista Gente antes de comenzar contiene una pequeña introducción titulada “Después de la violencia”, haciendo una crítica al gobierno de La Revolución (la presidencia de facto de Juan Carlos Onganía) en la cual lo tilda de dar “cabida en sus filas a dos corrientes ideológicas tradicionales de nuestra política”. Así la historia comienza con el personaje “principal” Juan Salvo jugando al truco con sus amigos, su esposa lee y su hija dibuja y en un momento se desata la nevada mortal sobre Buenos Aires. Breccia para este punto ya hizo de las suyas: un trazo no muy detallista comparado a Solano López pero sí más sombrío, apagado, desgarrador que me doy el lujo de compararlo con las tiras de Sin City de Frank Miller. Una lucha constante entre tonos blancos y negros, donde los disparos contra una pared, por ejemplo, son como manchas de agua en una hoja llena de tinta negra.

La historia no se mezcla mucho con estos esbozos, pero denota un fuerte contenido político más fuerte que su edición antecesora ya que su autor cambió notablemente en esa época su postura. Un grupo sobreviviente que lucha por su vida y su supervivencia contra los invasores que tienen el apoyo de las superpotencias nos hace acordar a nuestra historia argentina.

Pelear hasta el final por una digna existencia contra un monstruo que nunca se lo llega a conocer del todo como la trama principal pero levantando una fuerte bandera de contenidos ideológicos y unas ilustraciones siniestras con pocos gestos y mucha más representación que detalle, son la mera “crítica” por la que para muchos esta edición del Eternauta llega a ser una versión maldita, pero para quien escribe es más un diamante raro en bruto de una larga y vasta colección de la historia del cómic argentino.

Luciano Brunelli

EL ETERNAUTA, UN LÍDER POPULAR

Cattaneo.


La primera vez que se publicó El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld  fue en Hora Cero Semanal de 1957 a 1959. En ese entonces los dibujos estaban a cargo de Francisco Solano López. Desde ese momento la historieta marcó un antes y un después.

La segunda versión fue ilustrada por Alberto Breccia y emerge en el contexto siniestro de una Argentina estremecida. Azotada por un gobierno de facto instalado en 1966 y liderado por el dictador Juan Carlos Onganía.

En mayo de ese mismo año se había producido el Cordobazo, un importante levantamiento popular con huelgas en la capital cordobesa. La respuesta del gobierno militar fue una feroz represión que dejó como resultado víctimas fatales.

Lo historieta era publicada semanalmente por la revista Gente que se inclinaba por difundir notas de chicas lindas y galanes. En este contexto, el guionista da un enfoque político mucho más fuerte a su obra. Claramente este nuevo Eternauta no simpatizó a la ideología editorial que cuestionaba el accionar revolucionario.

Bajo la excusa de que las ilustraciones de Breccia eran “ininteligibles” y críticas a la forma de la historia, finalmente, Carlos Fontanarrosa -el editor de la revista- decidió poner fin a la publicación. Pero, bien como expresaron Guillermo Saccomanno y Carlos Trillo, las formas corresponden siempre con el contenido.

Lo que realmente molestaba a Fontanarrosa era que se hable de lo que su revista callaba. De un país donde la industria se destruía gradualmente y donde su cultura se veía obstruida por la enajenación de los medios.

De este modo, El Eternauta es una historieta emblemática. Refleja con gran lucidez y astucia la lucha de clases contra los países opresores sobre Latinoamárica. Mediante una metáfora -la de la invasión- relata este conflicto que será injusto y cruel. El autor deja en evidencia su gran compromiso social.

En esta historia, el país y la región se ven amenazados por un una fuerte nevada. La única forma de sobrevivir es evitando el contacto con los copos globulares que caían del cielo. Es por ello que los únicos que logran salvarse son quienes se encerraron o se cubrieron con trajes herméticos.

Frente a esto, Juan Salvo -el protagonista- debe dejar a su mujer y a su hija y salir en busca de elementos para la subsistencia y, más tarde, a combatir al enemigo. El campo de batalla: una ciudad desbastada. Muchos pierden la vida como consecuencia del ataque invasor.

La influencia política de El Eternauta es innegable. Contiene un alto contenido antiimperialista e intenta demostrar el fuerte poder de Estados Unidos y las potencias mundiales que ofrecen América Latina a los invasores de otro planeta.

Los enemigos están representados con las figuras de los cascarudos, los hombres robots y los manos, que respondían a “Ellos”. Pero, ¿quiénes eran ellos? Los invasores. El mal. Los encargados de dar las órdenes desde una nave.

El personaje de El Eternauta representa, sin lugar a dudas, la valentía y la lucha desinteresada por el pueblo y la Patria. Esto lo convierte en un símbolo de la historieta argentina y, por sobre todas las cosas, de la resistencia.

Su autor, Oesterheld, militante montonero que debió pasar a la clandestinidad, fue desaparecido el 27 de abril de 1977 en manos de la dictadura más sangrienta de la que se tenga memoria tras finalizar el guión de la segunda parte de la tira.

Juan Salvo, el hombre de los ojos color para siempre

Por Nahir Saieg

Hay historias que son escritas en un determinado tiempo pero que sin embargo siguen siempre vigentes. Hay historias que lentamente se van transformando en clásicos, y El eternauta de Héctor Oesterheld y Francisco Solano López va en camino a serlo. 
Quizás El eternauta pueda en algún tiempo cercano gozar de esta condición por varios motivos. Oesterheld supo combinar perfectamente sus inquietudes metafísicas respecto a esas dimensiones de las que tan poco se sabe, como lo son el espacio y el tiempo, y ese bagaje cultural que su condición de lector asiduo de ciencia ficción le brindó. Una combinación fatal para una historieta argentina que carecía de un hito. 
Sin embargo, lo más sorprendente de la historia que lograron construir junto con Solano López es esa noción de “héroe sin capa”. Hasta el momento todas las historias de ciencia ficción eran ubicadas en los EEUU. Ciudades como Nueva York o pequeños condados yankees eran el epicentro preferido de los escritores. Sin embargo esta historia comienza en Vicente López, cerca de mí, cerca de vos y de cualquiera que se anime a adentrarse en el mundo de El eternauta. Y el héroe no posee super poderes, ni es el más fuerte, ni más el apto, tiene miedos y sabe que él también puede morir en cualquier momento. Es solamente un tipo que quiere cuidar a su familia, es sólo Juan Salvo el hombre de los ojos color para siempre.


Todos esos factores, tan causalmente alineados, hicieron de El Eternauta la historieta argentina por excelencia. Fue publicada inicialmente en el semanario “La hora cero” entre 1957 y 1959. Tuvo gran cantidad de secuelas y reediciones, y tanto la historia original como la mayor parte de las continuaciones han sido objeto de frecuente análisis y controversia.
Una de las reediciones más llamativas, es la que se realizó en 1969 en la revista “Gente”. En este caso a Oesterheld lo acompañó como dibujante Alberto Breccia. Esta edición fue teñida de un tinte mucho más político, se afirmaba literalmente que las grandes potencias habían entregado Latinoamérica a los invasores. Su fuerte crítica política y su aguda visión social llevaron a la interrupción abrupta de la publicación en la revista. Esta versión no fue bien recibida por la dirección de la revista ni por el gobierno de Juan Carlos Onganía, y debió darse por terminada antes de tiempo.
El eternauta pretendía camuflarse entre las frivolidades cotidianas de la farándula porteña, pretendía esconderse en las páginas de Gente y despertar una conciencia social, pero no lo dejaron. No “coincidía” con el perfil de la revista y mucho menos con el de sus lectores. No había allí un lugar para contar que los seres humanos también tienen un lado oscuro, y que éste sale a relucir en las situaciones complejas. Por qué le iban a contar al pueblo que sólo unidos los seres humanos pueden sobrevivir y luchar contra el enemigo, ¿para qué? No vaya a ser que se les ocurra hacer un paralelismo entre esos extraños invasores, esos enemigos ficticios de historieta y la sociedad argentina. Era mejor no arriesgarse. 
Los vanguardistas dibujos de Breccia que, oscuros y enigmáticos, buscaban configurar el cruel estilo que había adquirido el guión, no tuvieron lugar en la estética revista de moda. Los punzantes diálogos de Oesterheld que pretendían lastimar, causar dolor, despertar del letargo al pueblo y que sin embargo no fueron lo “suficientemente buenos” para seguir siendo publicados. 
Pero no pudieron, no lo lograron y dudo que alguien alguna vez vaya a lograrlo. El eternauta vio muchas cosas, y recién ahí, después de ver tanto pudo entender todo. El eternauta sigue vigente, seguirá despertando mentes aletargadas que dibujan historietas en un escritorio. El eternauta seguirá luchando contra el invasor, aún cuando sepa que la guerra probablemente esté perdida. El eternauta seguirá viajando por la eternidad para despertar a todos los pueblos dormidos que no luchen contra el imperialismo. El eternauta podés ser vos, puedo ser yo y podemos ser todos.

lunes, 30 de junio de 2014

Una mirada taciturna, por el lápiz de Joe Sacco

Joe Sacco es un periodista conocido por sus crónicas representadas a través del comic. Es un gran referente de este singular género que muestra el medio camino entre la labor periodística y el relato gráfico. Nació en octubre de 1962 en la Republica de Malta, un país insular miembro de la Unión Europea. Alguna de las obras más reconocidas fueron: “Palestina: en la franja de Gaza” y “Gorazde: Zona protegida”.


Después de dedicarse a los comics románticos, a finales de los 80 comienza a recorrer el mundo. Allí se engendran las primeras historias marcadas por la impronta personal de Joe Sacco, historias que formarían parte del volumen “El final de la guerra”.

Esta obra contiene dos relatos principales ubicados temporalmente una vez concluida la guerra de Bosnia. Por un lado muestra la vida de “Soba” un ex combatiente voluntario. Después de perder a toda su familia y a gran parte de sus amigos, actualmente, dedica su tiempo en bares nocturnos y tocar la guitarra con su banda “Z.O.C.H”. 

La segunda historia que presenta este volumen es “Navidad con Karadzic”, en esta deja de lado lo emotivo y biográfico para darle lugar a un relato cargado de un humor negro y situaciones casi absurdas. En ella Sacco descubre una noticia que no se hará presente en los diferentes medios de comunicación, mientras persiguen a un criminal de la guerra.

Joe Sacco muestra personajes deprimentes y taciturnos, enmarcados más todavía por el sello de su lápiz. Este es para el comic lo que para el arte es el realismo. Nada es exuberante, ni bello, ni excesivamente desastroso. Simplemente es.

En “Final de la guerra” se hace presentes la realidad en su máximo alcance. La realidad que debe sobrellevar una sociedad todavía arrasada y devastada que, como en el caso de Soba, solo busca consuelo en las noches y en aquella gran compañera que es la música. 

Los gráficos son melancólicos, muestran personajes de grandes ojeras y ojos tristes. La misma presencia Joe Sacco, autoplasmado en su obra, deja una interesante sensación de verlo siempre como espectador partícipe y a su vez ajeno a todo lo que ocurre, tal y como debe ser.

viernes, 27 de junio de 2014

SEGUNDO PARCIAL DEL SEMINARIO


Consignas para el segundo parcial

Mirar los siguientes capítulos del programa televisivo Continuará (Encuentro. Conducción: Juan Sasturain):

Héctor Oesterheld, Solano López y El eternauta:

Solano López y El eternauta:

Leer la historieta El eternauta (1969).
Guión: Héctor G. Oesterheld. Dibujos: Alberto Breccia
Prestar atención especial al prólogo contenido en el mismo libro.


La realización del parcial será durante la clase del miércoles 02/07

lunes, 23 de junio de 2014

EL FINAL DE LA GUERRA DE JOE SACCO

Cattaneo.

Joe Sacco es una personalidad muy interesante para el mundo. Si bien en 1981 se graduó de periodista, se destaca por ser un autor alternativo de cómics. Entre sus mayores éxitos están “Palestina: en la franja de Gaza” y “Gorazde: Zona Protegida”.

Lo innovador del autor está ligado a su idea de realizar periodismo a través de historietas -es decir, de una serie de dibujos que constituyen un relato-. Sus obras navegan entre el cómic underground y la crónica periodística.

El “Final de la Guerra” es un álbum de historietas que realizó antes de consagrarse con sus dos grandes éxitos. El mismo contiene dos historias breves referidas al fin de la Guerra de Bosnia.

“Soba” es la primera de ellas y cuenta las vivencias de un artista guerrero sarajevita que logra seducir al Occidente con su música. De este modo manifiesta la crueldad de la guerra. Una demostración de la importancia de los detalles cotidianos, capaces de sobrepasar cualquier cultura y conflicto.

Por su parte, en la segunda historia, “Navidad con Karadzic”, ya no recurre al enfoque emotivo y sentimental, sino al humor negro. En la misma obtiene una noticia que no saldrá en los titulares, mientras persigue a uno de los criminales de la guerra serbobosnia más buscados.

Claro está que toda guerra deja cierto dolor, angustia y mucha sangre. La Guerra de Bosnia no fue la excepción y Sacco refleja con gran astucia y autenticidad estas complejidades que le tocó vivir al mundo.

Con el fin del conflicto y el advenimiento de la paz, Sarajevo había sido desbastado y debía recomponerse. Ante esto, Soba tomó una decisión difícil: la de abandonar su país, al que más tarde volvería.

Sacco logró impresionar al mundo con sus trabajos, no sólo por los relatos de situaciones conflictivas y de zonas peligrosas, sino por su formidable capacidad de transmitir tantos tipos de sentimientos como cantidad de ilustraciones hay en sus historias. Sabe manejar los planos a la perfección, a través de los cuales controla las sensaciones del lector.

Bogar por esta opción de periodismo puede resultar sorprendente para quienes nunca se acercaron a los comics. 

miércoles, 18 de junio de 2014

Una mirada a la obra de Sacco

Una mirada a la obra de Sacco

Palestine

"Palestina, en la Franja de Gaza" es un libro recopilación de comics del reconocido autor Joe Sacco. La historia que transcurre durante el invierno de 1991 y 1992 en sí está basada con un tinte periodístico cronológico con una serie de entrevistas en su mayoría en Jerusalén y alrededores a dicha zona de conflicto. Joe relata con el testimonio directo de quienes serán sus personajes y trata de estar dentro del conflicto de palestinos que viven en Israel, una problemática sin solución hasta hoy en día.

La línea temporal del relato y los hechos que acontecen resulta llevadera, de a ratos suena irónico e imagina parodias que se evidencian en los trazos de los diálogos y viñetas. Agrega un vasto análisis con explicaciones sobre lo que ocurre en esos tiempos que ayuda a cualquiera que se le presente el material ubicarse temporalmente sin necesidad de consultar una bibliografía externa. Una clase de historia en pequeñas cuotas sin perder el sentido de la obra.

Sacco se retrata con rasgos marcados para no pasar desapercibido pero hasta a veces se torna grotesco al caracterizar a sus entrevistados. Con su gráfica y la espacialidad que rellena, no tiene un tamaño predeterminado, lo que nos puede llevar a una hoja donde nos hundimos en la vorágine de la ciudad del Cairo como a una charla en un barco orientando la imagen a un grado de 45º grados que podría generarnos tortícolis. Párrafos enteros o recuadros apartados en pequeñas partes de la hoja hacen mover constantemente la vista para no perderse nada del panorama. El blanco y negro como colores únicos demarca la simpleza pero a la vez una extensa variedad de usos: desde un paisaje extenso como el Valle de Kidron hasta las expresiones más finas de una señora mayor con la que compartió viaje al final de la historia.

Sacco no se aparta en ningún momento de poner en claro su postura gris a la hora de reflejar la cultura y creencias de pueblos israelita y palestino. Mostrando rasgos, sus conductas y cómo se comportan frente a su presencia. En sí anuncia, da testimonio, declara, expone ambos pueblos con miradas en primera persona.
Luciano Brunelli

"En la franja de Gaza": breve clase de historia



A mediados de la década de los noventa, fue publicada esta obra del conocido autor de comics, Joe Sacco. "En la Franja de Gaza" está ilustrada en un contexto periodístico del invierno de 1991 y 1992, basado en una serie de entrevistas en Jerusalén y alrededores. Es así como intenta relatar con el testimonio directo de los implicados, la situación que se vivía en Israel respecto al pueblo Palestino -problemática que aún hoy sigue sin solucionarse-. A partir de distintas vivencias, él narra las diferentes situaciones en carne propia exponiendo sus experiencias en forma de historieta.

Su manera de relatar los hechos resulta amena y llevadera, de manera que por momentos trata irónicamente algunas acciones y hasta recrea una especie de parodia que se evidencia en las características de sus dibujos y diálogos con las personas que allí se relaciona. No sólo eso, también brinda un sintético pero rico análisis y explicaciones sobre cuestiones históricas que ayudan a centrarnos en aquella época protagonizada por la antagónica de los Israelíes y Palestinos. Resumiendo, es una clase de historia en pocas líneas.

Se dibuja a él mismo con rasgos muy marcados que diferencian a él de los demás personajes y así nunca pasa desapercibido en las secuencias. En tanto a las viñetas y el gráfico que rellena a los protagonistas, no se inclina por un mismo tamaño sino que varía en formas irregulares como así también en las distintas direcciones con que la están colocadas las cajas de textos: en columna, con inclinación, párrafos enteros o sentencias cortas. Vale destacar que sólo usa el blanco y negro y lo demarca de una forma muy soberbia, detallando por un lado lo central y por otro lo secundario como el paisaje, vehículos y demás.

A la hora de reflejar las distintas culturas, vivencias y creencias de los Palestinos e Isralíes, Sacco se muestra equitativo para las dos partes ilustrando y mostrando cada detalle de las personas, sus rasgos, su apariencia, su forma de hablar y cómo se comportan frente a él. Forma una especie de testificación de ambos pueblos con figuras reales y anónimas que demuestran sus pensamientos en primera persona.

El final de la guerra

Por Nahir Saieg


Joe Sacco es capaz de transformar los conflictos actuales en experiencias íntimas e inmediatas. Es un dibujante de cómics americano, conocido por sus novelas gráficas dedicadas al conflicto palestino o la guerra en los Balcanes, como En la franja de Gaza o Gorazde. Es Licenciado en periodismo, y ha utilizado sus cómics como elemento de periodismo de denuncia, consiguiendo numerosos premios. 

En el libro "El final de la guerra", se recopilan por primera vez las historias de Soba y Navidad con Karadzic. En Soba, Joe Sacco captura el tormento interno de un artista guerrero de Sarajevo que cautivó a los medios de Occidente con su guitarra y sus fiestas.

Resulta sorprendente el periodismo en modo de cómic y más aún que la temática recurrente en Joe Sacco es siempre la guerra. Como si fuera experto en transmitir esas emociones fuertes que desprenden los conflictos bélicos, el dolor y olor a sangre que queda en cada lugar devastado.

Este cómic es oscuro, quizás porque toda guerra es oscura. Quizás porque la ciudad principal de los acontecimientos, Sarajevo, fue el asedio más prolongado en la historia de la guerra moderna. Quizás porque la guerra de Bosnia es todo un rompecabezas en la historia mundial. Con imágenes intermitentes, alternando entre la crueldad de la guerra y la connotación sexual de las noches de Soba, Sacco cuenta una historia. La historia de un artista al que le tocó ir a la guerra, un artista que mató y vio morir. Un artista cuyo arte de ahora en adelante jamás será el mismo. La presencia de la muerte deja grandes rastros.



El final de la guerra es un muestrario de esa sensación de alivio que le sucede a la guerra. La paz, que es tan anhelada, tan deseada, pero a la que sin embargo no se sabe cómo reaccionar. Después de tanta violencia y tanto dolor, ¿Cómo se vuelve a la paz después de tanta guerra? No resulta fácil volver a la rutina y hacer como si nada hubiese pasado. Volver a la paz ¿qué significa?
Un enigma que seguramente se le ha hecho presente a todos los bosnios, y también a Soba. La primera decisión que toma es escapar, huir, irse a otro país. Si su casa ya no es la misma, si su familia ha muerto, ¿para qué permanecer en Sarajevo? Y sin embargo con el correr del tiempo encuentra nuevamente su lugar, se reacomoda a la nueva situación. Nada es como antes, no va a ser fácil, pero al menos… hay paz.